A seis meses para que el 24 de agosto la llama del movimiento paralímpico ilumine el cielo de Tokio, los Juegos avanzan firmes en su camino para celebrar un evento que los organizadores confían sea seguro pero que, a escasos 181 días para su puesta de largo, aún alberga ciertas incógnitas.
Uno de los principales enigmas por resolver es el del público. La evolución de la pandemia en las últimas semanas y, sobre todo, la prueba de fuego que supondrá un mes antes la celebración de los Juegos Olímpicos serán los dos factores clave que dictaminarán si los deportistas sentirán el aliento de los aficionados en las gradas o, por el contrario, el espectáculo será únicamente audiovisual.
El Comité Paralímpico Internacional que preside el brasileño Andrew Parsons no quiere aventurarse a dar ningún pronóstico porque, entre otras razones, la decisión no depende de él, sino del Comité Organizador, que avanza en la celebración de los Juegos con pasos cortos pero firmes.
Lo que sí parece claro es que no habrá turistas atraídos por la magia de los Juegos ni grupos numerosos de acompañantes de deportistas o de las diferentes expediciones nacionales para dar color a las calles de Tokio. Por ese motivo, desde el IPC confían en que las audiencias televisivas y la interacción a través de las redes sociales sean más grandes que nunca y el imparable movimiento paralímpico siga creciendo a nivel global.
Una de las principales preocupaciones del IPC es la de intentar cambiar en las próximas semanas la opinión que aún existe entre la sociedad japonesa de que lo mejor sería cancelar el evento, ya que algunas encuestas realizadas a finales de 2020 reflejaban que más de la mitad de la población era reacia a seguir adelante con los Juegos.
Cambios de objetivos
Tras concluir los Juegos de Río de Janeiro en 2016, el objetivo de los organizadores de Tokio era que la cita japonesa superase en todos los registros a Londres 2012, considerados por el movimiento paralímpico como los mejores de la historia hasta el momento.
El frenazo que ha supuesto la pandemia global de coronavirus ha dejado en un segundo plano esas aspiraciones porque, aparte del factor sanitario, la celebración de estos Juegos se ha visto afectada drásticamente a nivel económico hasta el punto de que el IPC asegura que su realización será solo “con lo absolutamente fundamental y será radicalmente opuesta a lo previsto inicialmente”.
Aun así, para la organización las prioridades siguen siendo “promover el conocimiento del deporte para discapacitados, especialmente entre los jóvenes y ancianos, y lograr una ciudad libre de barreras para las personas con discapacidad con la habilitación de autobuses con accesibilidad mejorada o la instalación de plataformas y ascensores en gran parte de las estaciones de metro y tren”.
Hasta la capital japonesa está previsto que se desplacen 4.350 deportistas con discapacidad física, intelectual, visual o parálisis cerebral de unos doscientos países, que buscarán alguna de las medallas en las 540 pruebas -272 masculinos, 228 femeninos y 40 mixtos- que habrá en juego en 22 deportes. El IPC no prevé que haya demasiadas bajas por miedo a contagios, aunque sí reconoce que algunas ausencias por este motivo podría haber.
China, que ha ganado las cuatro últimas ediciones, es el país dominante a escala mundial y volverá a ser en Tokio el favorito para dominar los Juegos.
Los deportistas paralímpicos rusos, que ocuparon el segundo lugar en el medallero en Londres 2012 y que no compitieron por sanción en los de Río 2016, regresarán a los Juegos pero, como en los Olímpicos y en cumplimiento de una sentencia del TAS, sin su bandera ni su himno. Las violaciones de las reglas antiodopaje por parte de las autoridades de su país vuelven a pasarles factura.
En cuanto al programa competitivo, los dos deportes que se estrenarán en Tokio son el bádminton y el taekwondo, que se unen a larga lista en la que siguen el atletismo, baloncesto en silla de ruedas, boccia, ciclismo, fútbol, hockey en silla de ruedas, hípica, esgrima, fútbol 5, goalball, halterofilia, judo, natación, triatlón, piragüismo, remo, rugby, tenis, tenis de mesa, tiro olímpico, tiro con arco y voleibol sentado.
Someity será la mascota de los Juegos Paralímpicos. Lleva el nombre de someiyoshino, un tipo de flor de cerezo, y ha sido diseñada por Ryo Taniguch, al igual que Miraitowa, la mascota olímpica.
Los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 se celebrarán del 24 de agosto al 5 de septiembre de 2021.