‘El Juego del Calamar’ está siendo contrabandeado en memorias USB en Corea del Norte

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‘El Juego del Calamar’ (Squid Game) es la serie más popular lanzada en los últimos meses y, aunque nosotros podemos acceder sin mayores complicaciones a verla por Netflix, hay países donde no es posible, como Corea del Norte.

El país norcoreano, lleno de restricciones y control del gobierno, no puede acceder libremente a este tipo de entretenimiento, por lo que los pobladores están buscando la forma de contrabandearlo.

De acuerdo con RFA, citando a una fuente local, los residentes están trayendo memorias USB y tarjetas SD como contrabando en barcos hacia el país. La premisa del programa ha resonado entre la gente rica de Pyongyang, señala el informe.

“Dicen que el contenido es similar a la vida de los funcionarios de Pyongyang que luchan en el mercado de divisas como si fuera una lucha de vida o muerte”, dijo el hombre, que había visto el programa en la casa de su hermano cambista en Pyongyang.

“Creen que la trama del programa es similar a su propia realidad, donde saben que podrían ser ejecutados en cualquier momento si el gobierno decide darles un ejemplo por ganar demasiado dinero, pero todos continúan ganando tanto dinero como posible”, dijo la fuente.

“No solo resuena entre los ricos, sino también entre la juventud de Pyongyang, porque se sienten atraídos por las escenas inusualmente violentas. Además, uno de los personajes es un fugitivo de Corea del Norte y pueden identificarse con ella”, señaló.

Ver la serie puede ser “mortal”

Ver ‘El Juego del Calamar’ en Corea del Norte puede ser un riesgo mortal en sí mismo. El año pasado, el gobierno aprobó una nueva ley sobre la “Eliminación del pensamiento y la cultura reaccionarios”, que conlleva una pena máxima de muerte por mirar, mantener o distribuir medios capitalistas, especialmente de Corea del Sur y Estados Unidos.

“Las fuerzas del orden no están jugando con la nueva ley, y están tratando ferozmente de erradicar todos los ejemplos de cultura capitalista”, dijo una segunda fuente.

Las autoridades norcoreanas han hecho todo lo posible para cortar la influencia surcoreana y castigar a quienes consumen la cultura surcoreana.

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