Gilberto Marce Arizaca fue sentenciado a cadena perpetua por el delito de violación sexual en contra de una niña de 12 años.
Los hechos ocurrieron en la ciudad de Puno, la niña vivió junto a sus padres. Su progenitor tenía un taller de mecánica de vehículos, donde algunas personas hacían prácticas.
Uno de los practicantes era el acusado, quien el 3 de noviembre de 2020, al promediar las 21:00 horas, se encontró con la niña de 12 años y con engaños la convenció a subir a un vehículo donde abuso de ella.
El sujeto cumplir la máxima sentencia en un penal de Puno.