La tragedia golpeó a Colombia. El asesinato de la Policía, Paula Cristina Ortega Córdoba, de 28 años, en la ciudad de Neiva (sur), ha consternado al país. El hecho ocurrió el pasado miércoles, mientras esperaba el cambio de luz en un semáforo. En ese momento fue sorprendida y baleada repetidamente por sicarios, un acto que ha causado consternación en todo el país.
El trágico ataque ocurrió en una transitada calle del barrio Calixto Leyva, dejando un profundo dolor y una sensación de inseguridad en la comunidad. Sin embargo, las autoridades actuaron rápidamente y lograron capturar a los presuntos asesinos. Según el ministro de Defensa, Iván Velásquez, pertenecen al Estado Mayor Central (EMC), una disidencia de las FARC.
La Policía de Colombia desplegó una operación para arrestar a los dos homicidas, quienes tenían el arma de servicio de la patrullera en su posesión. Esta rápida acción permitió que la justicia tome su curso, pero no disminuye el dolor que deja la pérdida de una valiosa vida y el vacío dejado en su familia, incluida su hija de ocho años.
El asesinato también ha generado una ola de condenas por parte de políticos y exministros de diferentes sectores. La sociedad colombiana se une en solidaridad con la familia de la valiente patrullera y clama por justicia para que estos actos de violencia no queden impunes.
Otro policía fue asesinado
En otro incidente lamentable, un sargento del Ejército también fue asesinado en la población de Dosquebradas, en el departamento de Risaralda. Los perpetradores, que se desplazaban en motocicletas, le quitaron la vida al sargento en su intento de robarle una suma considerable de dinero que había retirado del banco.
La memoria de Paula Cristina Ortega Córdoba y del sargento asesinado merece justicia y un compromiso renovado para construir un país más seguro.