Con el objetivo de prevenir la caza furtiva y el tráfico ilegal de fibra de vicuña, las autoridades peruanas, encabezadas por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) a través del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), en colaboración con la Policía Nacional del Perú y el Comité Macro Regional de Control y Vigilancia de Vicuñas Cusco, Arequipa-Apurímac, realizaron una operación de vigilancia en tres provincias de Apurímac. Este operativo se llevó a cabo en respuesta a numerosas denuncias sobre el tráfico ilegal de esta valiosa fibra.
Gina Mariela Valencia Ramos, administradora técnica forestal y de fauna silvestre de Apurímac en SERFOR, detalló que las actividades de control incluyeron el uso de disparos al aire por parte del personal de la Policía Nacional del Perú (PNP) para disuadir la presencia de posibles cazadores furtivos en las comunidades. Durante el operativo, las autoridades trabajaron estrechamente con las comunidades campesinas para garantizar una vigilancia efectiva y mantener la seguridad en la zona.
El primer día, el equipo, que también incluyó a la Dirección Regional Agraria del Gobierno Regional de Apurímac y la Prefectura, realizó patrullajes en varios distritos de la provincia de Andahuaylas, como Huancaray, Turpo, Huayana, Cceuñahuaran, Pomacocha, Tumayhuaraca y Pampachiri. Posteriormente, el patrullaje continuó en las comunidades de Ccellopampa, Lahualahua, Pisquicocha, Izacahuaca y Pampamarca, en la provincia de Aymaraes. El tercer día, las acciones de vigilancia se extendieron a las comunidades de Huacullo, Yumire, Ampacho, Kilcata y Vilcarani en la provincia de Antabamba.
Prevención
Este operativo, denominado rastrillaje preventivo, busca proteger la fauna silvestre y apoyar a las comunidades que dependen de la fibra de vicuña, un recurso de alto valor en el mercado internacional. Valencia Ramos subrayó que en estas regiones existen aproximadamente 20,000 vicuñas, mantenidas en sistemas de silvestría y semi cautiverio, que son cuidadosamente custodiadas por las comunidades locales. Sin embargo, durante esta temporada, se han reportado casos de malhechores que matan a las vicuñas con armas de fuego para extraer su fibra y comercializarla en mercados informales del sur del Perú y Bolivia.