Cusco vivió este lunes una jornada llena de memoria, identidad y reivindicación. En medio de una multitudinaria marcha que partió desde el aeropuerto Alejandro Velasco Astete, los restos simbólicos de Fernandito Túpac Amaru, hijo menor de José Gabriel Túpac Amaru II, fueron recibidos por miles de cusqueños que acompañaron su traslado hasta la histórica Plaza Mayor de la ciudad.
Han pasado más de 200 años desde que Fernandito, tras la cruel ejecución de sus padres y la derrota de la rebelión indígena liderada por su padre, fuera desterrado a Madrid, España, donde murió lejos de su tierra natal.
Hoy, su regreso simbólico a Cusco se convierte en un acto cargado de simbolismo y justicia histórica.
El alcalde de Cusco, Luis Pantoja, impulsor de esta iniciativa, destacó el significado de esta ceremonia como un gesto de reparación a los pueblos originarios, víctimas del colonialismo y la violencia.
La llegada de los restos fue acompañada por una emotiva escenificación: en el corazón de la Plaza Mayor, un José Gabriel Túpac Amaru II y una valerosa Micaela Bastidas —personificados por actores— recibieron de manos del burgomaestre los restos de su hijo, en un acto simbólico que conmovió a los presentes.
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“Después de más de dos siglos, Fernandito vuelve a casa, vuelve a los brazos de sus padres y a su pueblo”, expresó emocionado el alcalde Pantoja.
El acto, acompañado de música, danzas tradicionales y un profundo recogimiento, no solo buscó recordar el pasado, sino renovar el compromiso de Cusco con la memoria, la dignidad y la lucha de sus antepasados.