Por Esteban Couto
A mediados de la década del 2000, un fondo editorial se encargó de masificar el libro (tal cual lo hiciera Scorza con sus Populibros a mitad del siglo XX), poniéndolo a un precio accesible a un público lector necesitado de material literario producido en nuestro país. Dicha editorial se llama Cultura Peruana, dirigida por Jorge Espinoza Sánchez. Su aporte fue importante para que libros como el que comentaremos a continuación, mostraran un panorama del canon literario del Perú; en esta oportunidad, de la poesía de los años 60, prólogo y selección hechos por Oscar Araujo.
En “Generación del 60”, los poetas seleccionados (Bejarano, Calvo, Hinostroza, Cisneros, Martos, los inmortales Heraud u Ojeda, entre ellos) hablan de todo tipo de pesares y angustias a nivel personal y colectivo; sus temas se instalan en la cotidianidad y las circunstancias que rodean a los estratos medios y las clases menos privilegiadas del país, ofreciendo una visión amplia de la crisis interna (en muchos sentidos) del peruano de a pie. Esto lo sabía muy bien el antologador y por ello tomó los mejores textos poéticos de las voces más representativas de una generación que, como bien se apunta en prólogo, se encargó de proscribir definitivamente esos falsos límites entre poetas puros y poetas sociales. Y es que, como señala Araujo, “la división era falsa […] toda poesía es auténtica (no hay en todo caso poesía inauténtica [sic]: existe poesía o no existe)”. Por lo tanto, la poesía como arte de la palabra habla de todo y existe de por sí. No obstante, es en medio del fuego cruzado que esta cobra mayor valor (a mi parecer), es en el punto más elevado de la crisis que la palabra puede elevar el espíritu de un pueblo hacia la gloria.
Por ello escogí para #LetrópolisÍgnea el poema “Será deshecho este antiguo reino”, perteneciente a Mirko Lauer (cuyo poema “In caeluim et in infernum canis: sextina ayacuchana” es insular en los temas sociales abordados por la poesía de esta generación, pero por razones de extensión opté por el de la foto). En él, la esperanza de un nuevo mañana es el remate idóneo para una atmósfera cargada de incertidumbre y violencia, esta última de un color ya muy familiar para los peruanos, quienes aún seguimos sufriendo los ladridos de los perros de presa (quijotesca reminiscencia) pero creemos aún en que “la realidad y el sueño están por empezar”.Lectura indispensable que, con suerte (y aun bajo el sabotaje de las grandes editoriales que no ven negocio en vender libros, como los de esta colección, entre 2 y 5 soles), pueden todavía conseguirla en cualquier feria popular de libros de un Perú que hoy no deja de hacer escuchar su voz… hasta ver la silueta de un mañana promisorio asomarse por el horizonte.
