El día de hoy se celebra en muchas partes del mundo la tradicional bajada de reyes, festividad que conmemora la visita de los reyes magos al niño Jesús, trayendo consigo regalos con profundo significado: Oro que lo reconocía como rey, incienso que lo reconocía como Dios y mirra que lo reconocía como hombre.
Esta festividad ha sido celebrada por muchos años por nuestros antepasados, siendo la fecha más esperada en el año de los arequipeños de antaño, incluso más que la Navidad y el año nuevo; recordemos que el tiempo de veraneo en nuestra ciudad era de difícil acceso a las playas, por la distancia y la falta de medios de trasporte, por ello el distrito de Tiabaya se convirtió en el destino más visitado y esperado en estas fechas, donde muchos citadinos, alquilaban y pasaban pasar largas temporadas de descanso en el tradicional distrito.
Hoy nos remontamos a esa Arequipa de antaño para revalorar y preservar esta antigua tradición que con el paso de los años se ha ido perdiendo.
La Sacudida de perales
Todo empezaba con la preparación para la Sacudida de perales, abundante cosecha de peras que se producían en el distrito en las primeras semanas de enero y que eran vendidas (las más grandes a la ciudad de Lima y las más pequeñas se quedaban en los mercados locales), está cosecha era un motivo que reunía a diferentes personas de diversas partes de nuestra ciudad, en la tradicional bajada de reyes y sacudida de perales.
Hombres y mujeres se vestían de fiesta abriéndose paso entre peñascos y bellos paisajes, llegando en caravanas, montados en caballos y animales de carga para celebrar juntos la bajada de los reyes magos, festividad donde niños y adultos sacudían los frondosos frutales de peras, al ritmo de caperos y bandas, que hacían bailar a la población visitante, en esta celebración no podía faltar las tradicionales picanterías que para estas fechas recibían a los pobladores con diferentes guarniciones a base de productos del campo arequipeño, como mote de habas, de maíz entre otros y sin duda no podía faltar la chicha de guiñapo para el tradicional brindis por los reyes magos.
Esta celebración culminaba al ponerse la tarde ya que en esos tiempos la hora de descansar era aproximadamente a las ocho de la noche, hora donde las campanas de los diferentes templos sonaban en señal de silencio.
Esta es una de las tradiciones más significativas de nuestra ciudad y que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo al igual que la cantidad de perales en el distrito, hoy la celebración ha incluido la escenificación de la venida de los reyes, esperamos poder contribuir con la preservación de esta tradición a través de nuestros medios.