La antorcha de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 comenzó este miércoles un “relevo burbuja” que arrancó en la prefectura de Fukushima y recorrió en su primer día algunas de las zonas más afectadas por el desastre natural y nuclear de 2011.
Tras una ceremonia en la que miembros de la selección nacional de fútbol femenina “Nadeshiko” que ganaron el Mundial de ese aciago año prendieron por primera vez la antorcha con la llama que se preservaba desde hacía más de un año en un candil llegado de Grecia, la antorcha inició un singular relevo dividido en varios tramos.
En total se visitaron once localidades que resultaron gravemente afectadas por el terremoto y tsunami de hace una década y también por la crisis nuclear desatadas por el desastre natural.
Uno de esos puntos fue el pueblo de Futaba, uno de los dos que albergan la central nuclear de Fukushima Daiichi, donde actualmente no reside nadie, aunque cuenta con 5.760 empadronados cuyo domicilio se sitúa de facto fuera de los terrenos del pueblo.
El centro de intercambio cultural de la localidad fue establecido este miércoles como un punto de encuentro de corredores, desde donde partieron y adonde llegaron los relevistas que recorrieron Kawauchi, Tomioka, Futaba y Okuma, el otro municipio donde se sitúa la planta y adonde apenas ha regresado un 2,8 % de la población.
La antorcha será transportada durante otros 120 días a manos de unos 10.000 corredores en un recorrido que atravesará las 47 prefecturas del país, y que concluirá con el encendido del pebetero en el Estadio Olímpico de Tokio el próximo 23 de julio.