Atipax, un guerrero Inca, se convierte en el super héroe de niños y adultos, él llega hasta el pueblo de Pichacani en la sierra de nuestro Perú para enseñar a la población qué es el coronavirus, cómo está atacando al mundo y les enseñará sus poderes para poder protegerse del temible Covid-19.
Atipiax y el temible Covid-19, es un proyecto participó con 265 postulantes al reto InnovaCovid–19 del Ministerio de la Producción logrando ganar el concurso. La idea del cómic era poder llegar a niños y adolescentes de una manera divertida para que puedan aprender de esta forma qué acciones realizar para evitar la propagación del virus.
La historia presenta al Covid como un monstruo que viene acabando con la vida de muchas personas y luego de su recorrido por China, España e Italia ha llegado a Perú, donde ha visto que es más sencillo aún atacar a sus víctimas, por eso es que ATIPAX viene visitando diversas ciudades de nuestro país con el fin de combatirlo. Con el fin de ampliar su difusión, el cómic presenta una versión en castellano y otra en quechua, las cuales pueden leerse y descargarse a través de la página www.atipax.com.pe
La idea original de los creadores fue poder plasmar la historia en un poblado que como muchos de nuestro Perú muchas veces son olvidados, así como nuestra cultura, además hacer que ATIPAX, cuyo nombre es una voz en quechua que significa “El vencedor”, sea un referente para muchos estudiantes y que comprendan que un super héroe no siempre es lo que ven en televisión, y puedan sentirse orgullosos de nuestro pasado y del poderío inca.
“A veces llegar a hacer que los niños y adolescentes tomen conciencia de la situación que venimos atravesando es un poco complicado, estamos seguros que ésta forma novedosa y divertida de llegar a ellos ayudará mucho”, mencionó Melissa Nieves Guzmán, Coordinadora General del proyecto.
El proyecto que es cofinanciado por INNÓVATE PERÚ del Ministerio de la Producción, está siendo actualmente difundido en diversas instituciones educativas de las ciudades de Arequipa, Puno, Cusco y Apurímac, a través de soportes digitales y formato impreso en las zonas donde no se tiene acceso a la tecnología.