Christian Reynoso es uno de los periodistas que supieron combinar esta labor con la literatura. En libros como “Los ojos de la Culebra” y “La tempestad que te desnuda”, Reynoso demuestra esa habilidad para contar historias de una manera literaria, pero clara. En esta oportunidad, lo hemos entrevistado sobre sus recientes proyectos y su opinión sobre algunos temas.
¿Cómo calificas el recibimiento que tuvo tu libro “El arte de Demetrio Peralta. Vanguardia y Modernidad”?
El libro salió el año pasado (2021). Estos son dos, de los cuales, uno lo publicó el Ministerio de Cultura (Mincul), incluyendo solamente el estudio de las historietas; mientras que el otro libro, tiene el estudio de toda su obra (xilografía, historieta, pintura al óleo, ilustraciones de caracter amazónico y pintura en azulejos). Me alegra el recibimiento que ha tenido, tanto entre la crítica como el público. Es un libro de investigación que rescata a un pintor puneño; que además, es hermano menor de “Gamaliel Churata” (Arturo Peralta) y Alejandro Peralta, dos íconos conocidos en la literatura peruana. Este hermano (Demetrio) estaba relegado y tenía su trabajo que no se conocía más allá de las xilografías. El libro es un aporte que rescata la obra de un pintor desconocido y lo valora como algo importante. Además, me he dado cuenta que, por ejemplo, en Lima, los críticos y lectores han destacado más su trabajo como historietista, pero en el sur, hay más conocimiento sobre su labor como pintor de óleos. Son diferentes alcances a su obra. Espero que a partir de este libro, haya más estudios sobre él.
Tengo entendido que en una de las presentaciones de la FIL te encontraste con un familiar de Demetrio ¿Esto abrió la posibilidad de investigar más sobre su familia?
El sobrino nieto de Demetrio Peralta, Pedro Pineda Aragón, me ayudó en el proyecto. A medida que encontraba nuevas cosas sobre Demetrio, se las comunicaba a él. Pedro ha sido un aporte espiritual, en el sentido de que ayudó a que todo esto salga en un libro y pueda conocerse. Claro, la familia está un poco dispersa, y él es el único dueño de la obra de Demetrio Peralta. Además, tiene contacto con familiares que están en Estados Unidos. La obra también sirvió para que la familia del pintor reconozca la labor que realizaba (…) Para eso se publica un libro, para dar a conocer, rescatar y que quede un testimonio de lo que Demetrio hizo.
Tengo entendido que eres columnista ¿Puedes hablar más sobre esta labor que realizas?
Yo empecé escribiendo columnas de opinión cuando terminé la universidad, a finales de los 90s. Tenía una columna en el diario Los Andes de Puno y una en Correo, que censuraron en un artículo durante las elecciones (…) Siempre he escrito, siempre he hecho periodismo. Si no hago columnas, a veces realizo crónicas o pequeños reportajes. Por un tiempo, dejé el periodismo y me dediqué a la literatura. Sin embargo, desde hace tres o cuatro años volví. Siempre hay algo que decir. Siempre hay cosas relacionadas con el arte, la cultura, o artículos sobre la política, otros más testimoniales, de cosas que te pueden sorprender, etc. Es un collage de artículos que son breves para una columna. Son tres años que cada martes sale. Primero, en La Mula y luego en Los Andes de Puno, incluso por un tiempo salió en Los Andes de Arequipa. En fin, es algo que te mantiene activo en la escritura periodística. Es cada martes enfrentarte a la computadora y escribir tu artículo.
¿Tienes alguna preferencia al momento de escribir estos artículos?
No sé, es una cosa coyuntural. Sin embargo, cuando tenga un grueso de columnas, publicaré un libro con estas. En este, lo más acertado será clasificarlas de acuerdo a temas, ya sean de literatura, política, etc. Es como escribir el capítulo de un libro cada martes que no tiene cuando acabar. Y cuando eso sucede, puedes decir que es el volumen de uno.
Yendo al tema de tus obras, tanto en la investigación como en la literatura ¿Estás escribiendo alguna actualmente?
Tengo un par de novelas que están listas. Anteriormente, las había abandonado porque estaba haciendo el libro de Demetrio Peralta. Además, siempre hay proyectos e ideas que rondan en la cabeza de uno. Es cuando uno dice “esto lo puedo poner en un cuento o una novela”, o incluso se puede hacer apuntes en los que se pueda profundizar más adelante.
En el tiempo de la pandemia, el encierro y el hecho de estar en casa permitió que haya podido acabar estos libros. Por eso, es que están listos y podrían salir más adelante. Más allá del sufrimiento, las muertes y la incertidumbre, para mí -como escritor- la pandemia ha sido significativa, porque he tenido todo el tiempo para poder escribir. Algo que los escritores reclaman, porque estos tienen que trabajar, y esto les quita tiempo para escribir o leer. Por eso, en este tiempo pude aprovechar y terminar esas obras, pero al mismo tiempo funcionó como una terapia. Si en la pandemia, no hubiera tenido una distracción creativa, en este caso la creación literaria, hubiera sido difícil afrontarla. Eso me hace dar cuenta que la creación artística ayuda a los seres humanos a resistir varias situaciones. En este caso, enfocarme en los personajes y la trama durante todo este periodo hizo que todo sea más amable.
Mucho se habló sobre como la cultura ayudó a sobrellevar la pandemia ¿Tú crees que esto las salvó?
En general sí. A lo largo de la historia de la humanidad, el arte siempre estuvo presente. No todas las personas asumen una actividad artística o creativa, pero esas terminan con una vida triste, una existencia banal, en el sentido que no hay una obsesión por crear algo bello; porque el arte nos ayuda a pensar que se necesita la belleza para vivir. A pesar de que sea algo sucio o abstracto, siempre hay una busqueda de belleza y entendimiento con uno mismo. El arte también ayuda a que uno se conozca a sí mismo. A través del arte podemos conocer los fantasmas y obsesiones que tenemos, y con los que algunos lidian mejor que otros. Imaginemos si no se hubiera creado la música con los acordes desde los periodos primitivos, sería un mundo silencioso y difícil de vivir. En todas sus manifiestaciones, el arte y la cultura salva a las personas, pero las condena a un ostracismo. Hemingway también se suicidó cuando no tenía nada que decir ni que escribir. Es una frontera. Hay que ver lo que uno está dispuesto a hacer por la creación, además de analizar los imperativos morales y éticos por esta misma. Hay un espacio oscuro, pero claro.
Ahora que la pandemia está finalizando ¿Cómo ves la reactivación cultural?
Está bien que hayan esos circuítos de caracter cultural en todo el mundo. Es como volver a la normalidad. Quizas ahora las personas tengan más ganas. Si la cultura se duerme, esta no permanece. La cultura necesita ser dinámica, debe estar en constante movimiento y eso solo se hace con ferias de libro, conciertos, exposiciones pictóricas, etc.
Otro tema es que no a todos les interesa la cultura o puede acceder a esta, siempre hay sectores pequeños en esta que hacen que la gente vea a la cultura como algo elitista. Hay que buscar maneras para acercar más a la gente a la cultura. Principalmente, para que se sensibilizen o conozcan más del tema. Recuerdo el viejo dicho “una persona que lee, está mejor preparada que una que no lee”, lo que se puede llevar a la cultura en general, ya que los consumidores de productos culturales pueden llegar a convertirse en mejores personas. Sin embargo, no todos pueden concentrarse en pensar en cultura, porque vivimos en un país tercermundista donde la gente tiene que sobrevivir por su día a día, por lo que no hay tiempo para disfrutar de los productos artísticos y culturales. Ese tipo de cosas produce que no haya un gran bagaje cultural en el Perú.
¿Cómo crees que se están gestionando los proyectos para promover la cultura desde el estado?
No tengo información específica sobre el tema. Sin embargo, lo que yo veo, a proposito del bicentenario, es que las municipalidades y gobiernos locales se han dedicado a dar diplomas y medallas de reconocimiento a los personajes bicentenario como si fueran caramelos, pero eso es simplemente una cuestión de egos. Pero, la verdad es que solo se prestan a una tontería, porque quienes dan esos reconocimientos son autoridades cuestionadas. Yo como artista ¿Por qué debería legitimar eso? (…) Un verdadero reconocimiento sería que compren mis libros y los pongan en las bibliotecas. Tengo amigos que repudian el reconocimiento banal y solo escriben en sus casas, y otros que si están presentes en diversos eventos, a pesar de que no escriben una sola línea. Hay esos contrastes.
¿Que otros proyectos tienes?
Recientemente presenté un libro de decimas de un escritor de Ica, se llama Raúl Barbagelata. Es un decimista, de un pueblo llamado Coyungo. A Barbagelata lo conocí y recopilé sus décimas. Es otro rescate de otro autor, que en este caso esta vivo, con el fin de que su obra no se pierda y la gente lo conozca.
Lo que yo hago es dedicarme a escribir. Mi trabajo intelectual y creativo está inmerso en eso. Con eso me siento bien. A veces cuesta mucho trabajo, por querer buscar la frase perfecta y eso requiere pensar demasiado. Eso último es más costoso porque se tiene que esperar bastante para que aparezcan las cosas. También trabajo en cosas como edición literaria y periodística, pero son cosas relacionadas. Tengo suerte de que mi labor pagada y creativa dependa de la escritura.
Por Orlando Cáceres Vides.