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Por: Orly Vides.

Después que las últimas semanas hayamos estado enfocados en los resultados electorales, en las marchas y en lo que le depara el impredecible futuro para nuestro país, tenemos tiempo para hablar de un punto que siempre es de vital importancia para el desarrollo de una sociedad, la cultura.

Esta reflexión llegó a mi hace unos días, luego de leer lo escrito por una compañera de universidad, donde aclaraba que el arte debería tener algún trasfondo político, porque si este ignoraba este aspecto, el mismo corría el riesgo de transformarse en mero pan y circo que las élites utilizarían para el disfrute y distracción de las masas. Si analizamos nuestro entorno, nos daremos cuenta de que esto no es un mito, es la realidad peruana.

Esto es un hecho, no solo desde la época reciente, sino que podemos remontarnos a tiempos antiguos, donde los gobernantes utilizaban esto como distracción para el pueblo. Pero, sin irnos del Perú, el ejemplo más claro estaba en la época que Alberto Fujimori era presidente, donde se apreciaba claramente como los artistas o personas conocidas más resaltantes del Perú hablaban a favor del gobierno, o en el mejor de los casos, no tocaban la política para nada, solo daban lo que se supone que eran, pan y circo para las masas. Fuerte fue el momento en que salieron videos que delataban el pago a varios de estos, por parte de Vladimiro Montesinos, colaborador de Fujimori.

Sin embargo, ¿Ahora, qué tenemos que hacer los escritores, artistas, etc? Tomar postura es lo primero, para que podamos ser más que el disco o libro favorito de las personas, hay que aspirar a ser aquel producto capaz de abrir los ojos de las personas que nos consumen, lograr que sean vigilantes del gobierno de turno.

Para terminar, solo decir que a pesar de que seamos pocos los que estamos en el sector, nuestro corazón latirá con la fuerza necesaria para quitar las vendas de los demás, incluso si estas son fuertes.

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