Las abejas son uno de los grupos animales más importantes para la polinización de plantas silvestres y cultivos. Aunque la especie más conocida es la abeja de la miel, la ciencia ha descrito más de 20 000 especies diferentes de este linaje.
En la actualidad, estos laboriosos insectos, particularmente abejas silvestres, contribuyen a la cantidad y calidad del 85 % de los cultivos de los cuales dependemos. La mayor parte de los alimentos que llevamos a nuestra mesa depende de la supervivencia y el bienestar de las abejas.
A pesar de que las áreas cultivadas aumentan y por tanto la necesidad de polinizadores es mayor, observamos con preocupación un importante declive de las poblaciones conocido como la crisis de los polinizadores. Esta crisis amenaza la seguridad alimentaria y la dinámica ecológica con efectos en cadena sobre los biomas.
Este es un problema surgido del aumento de la población humana y de los sistemas productivos actuales, que pretenden maximizar el capital obtenido a partir de los recursos. No obstante, esa maximización de la productividad depende de los servicios que prestan los ecosistemas y que los mismos sistemas productivos paradójicamente están destruyendo.
Llamado
En lo que toca a las abejas, en general a los polinizadores, y todas las personas a nivel individual y colectivo podemos contribuir a diario con acciones que van desde nuestra actitud en aspectos tales como los productos que compramos y usamos, hasta las decisiones y políticas de manejo de las áreas, los recursos naturales y los sistemas productivos.
Fuente: The Conversation, Sandra V. Rojas-Nossa.