El ultraconservador Ebrahim Raisi será el próximo presidente de Irán después de que un recuento parcial de votos le diera una ventaja indiscutible. Según los medios locales, Raisi recibió el 62 % de votos, siendo 18 millones de 28 millones emitidos.
En los comicios, se presentaron siete candidatos después de que 600 aspirantes, entre ellos 40 mujeres, fueron denegados a presentarse. Tres de los candidatos renunciaron antes de las elecciones. La participación de la población iraní en esta oportunidad, fue inferior al 50 %. En el 2017, solo el 73 % de los votantes hábiles se presentaron a las urnas.
Raisi es el principal juez de Irán y tiene opiniones ultraconservadoras. Asimismo, está sometido a sanciones de Estados Unidos y se le ha relacionado con ejecuciones de presos políticos en el pasado. Además, es el segundo funcionario de mayor rango en el país, después del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
Su mandato significará más controles sobre las actividades sociales, menos libertades y puestos de trabajo para las mujeres y un control más estricto de las redes sociales y la prensa. Del mismo modo, Irán podría volver a un acuerdo internacional sobre su actividad nuclear.
Muchos iraníes han considerado las elecciones como una descarada toma de poder por parte de los partidarios de ultraderecha, que parecen haber decidido que nunca podrán ganar unas elecciones libres y justas.