En esta efeméride del19 al 20 de julio de 1848, en Seneca Falls, Nueva York, EUA, se dio la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer, llamada Convención de Seneca Falls. En 1840, Elizabeth Cady se casó con Henry Stanton, uno de los más activos y prominentes abolicionistas. Ambos asistieron a la convención mundial antiesclavista en Londres de 1842, pero ella fue delegada y vetada para participar, como las otras seis mujeres presentes, entre quienes estaba la también abolicionista Lucretia Mott. Ambas confirmaron su frustración por la falta de derechos de las mujeres e iniciaron una amistad que impulsaría la lucha sufragista en los Estados Unidos.
Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, indignadas por la prohibición que impedía a las mujeres hablar en una convención londinense contra la esclavitud. De regreso en los Estados Unidos se organizaron para congregar, en Nueva York, a cientos de personas de todo el país en la primera Convención Feminista sobre los Derechos de la Mujer.
Juntas, exigieron derechos civiles, sociales, políticos y religiosos para las mujeres, plasmándolos en la Declaración de Sentimientos y Resoluciones, donde mantenían que “estas verdades son evidentes: todos los hombres y las mujeres son creados iguales”.
La Declaración de Sentimientos, como ellas la llamaron, también es conocida como Declaración de Seneca Falls. La base de este documento es la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, y en él se denuncian las restricciones, sobre todo políticas. A las que estaban sometidas las mujeres: no podían votar, presentarse a elecciones, ocupar cargos públicos, y asistir a reuniones políticas o afiliarse a alguna organización política.
Dentro de sus resoluciones, decidieron lo siguiente:
- Que la misma proporción de virtud, delicadeza y refinamiento en el comportamiento que se exige a la mujer en la sociedad, fuera exigido al hombre, y las mismas infracciones sean juzgadas con igual severidad, tanto en el hombre como en la mujer.
- Que la igualdad de los derechos humanos es consecuencia del hecho de que toda la raza humana es idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad.
- Que es deber de las mujeres estadounidenses asegurarse el sagrado derecho del voto.
Escribe: Miguel Angel Farfán