Ecuador se prepara para unas elecciones generales sin precedentes en medio de una preocupante escalada de violencia atribuida al crimen organizado. Más de 13,4 millones de ciudadanos están convocados a las urnas en un proceso histórico.
Estas elecciones toman lugar en un contexto de creciente inseguridad, con hechos violentos que han sacudido al país, incluyendo el trágico asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
El proceso electoral comenzó con el voto de presos sin sentencia en firme y continuó con el voto en casa para mayores de 50 años o personas con discapacidad. Los ecuatorianos elegirán al sucesor del actual presidente Guillermo Lasso y a los 137 miembros de la Asamblea Nacional.
Lasso disolvió la Asamblea en respuesta a una moción de censura en su contra por presunto peculado. Los nuevos líderes deberán completar su mandato (2021-2025) en un ambiente de desafíos económicos y sociales.
En la contienda presidencial participan ocho candidatos, entre ellos Luisa González del movimiento Revolución Ciudadana, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner y el ecologista indígena Yaku Pérez.
La seguridad y la violencia son temas centrales en las campañas, en respuesta al aumento de homicidios relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico. Ecuador ha experimentado un drástico incremento en homicidios en los últimos años.
Candidato Fernando Villavicencio fue asesinado
El asesinato de Fernando Villavicencio, asesinado por sicarios colombianos, ilustra los riesgos que enfrentan los políticos que prometen luchar contra las bandas criminales.
Las elecciones se celebrarán bajo estado de excepción, con las Fuerzas Armadas apoyando a la policía. Además de la seguridad, los candidatos también deberán abordar los problemas económicos y sociales que enfrenta el país.
En un momento de incertidumbre, Ecuador busca a través de las urnas una dirección que traiga estabilidad y seguridad a un país lidiando con desafíos internos y externos.
