Elena de Yta es una poeta, escritora y educadora arequipeña. Estudió Literatura y Lingüística en la Universidad Nacional de San Agustín. Ha publicado el poemario “Vendo mi cuerpo” (Marcapasos, 2009), el libro infantil “Jaco y el miedo” (2021), así como artículos, poemas y relatos en diversos medios de comunicación y antologías.
Su más reciente publicación es “Psicofonías del Silencio”, uno de los libros ganadores de los “Fondos Concursables Plan El Regreso 2021” que organizó la Subgerencia de Educación y Cultura de la Municipalidad Provincial de Arequipa y que se publicó bajo el sello de esta institución.
“Psicofonías del Silencio”, es un libro que reúne 10 relatos autoreflexivos y profundos sobre el universo femenino y sus matices, abordando temas como la violencia, la misoginia, los prejuicios, el amor y la identidad, onde Elena de Yta, con una pluma inquietante, logra sumergirnos en historias íntimas y personales de la vida cotidiana.
“Con un lenguaje perspicaz y honesto la autora refleja a través de la ficción la realidad que vivimos todas las mujeres (…) Ojalá [el libro] llegue a miles de manos. Es perturbador e interpelante. Y repito, me ha estrujado el corazón”, señaló la escritora y periodista Teresina Muñoz-Nájar.
Con oportunidad de reunirnos con la autora, dialogamos en torno a este libro.
Primero. ¿Cómo surge “Psicofonías del Silencio”?
Bueno, “Psicofonías del Silencio” es un conjunto de cuentos que empecé a escribir hace unos 15 años atrás y que en un principio iban teniendo una temática experimental. A medida que iba aprendiendo con mis lecturas y los talleres que recibía en mi escuela, a lo largo de los años fui revisándolos y revisándolos, tanto que tuvieron un cambio de perspectiva. Finalmente, durante la pandemia los reviso y digo: ya es momento de agruparlos en torno a una temática similar; que es hablar sobre todo de los dolores, los sufrimientos y la problemática alrededor de la mujer. Y bueno, se presentó la oportunidad de presentar [los cuentos] a los fondos concursables de la Municipalidad de Arequipa y salió el libro, pero datan de un largo periodo de desarrollo.
¿Qué ha representado para usted escribir y trabajar estos cuentos durante ese periodo? ¿Cómo fue el proceso creativo?
Estos cuentos han ido creciendo conmigo, para mí ha sido una suerte de ejercicio para poder revisar cómo voy cambiando de perspectiva respecto a mi propia experiencia. Primero como hija, luego como mujer que ha sufrido algunas diferencias por género y también mi proceso como madre que ha sido un punto transformador, porque cuando una mujer es madre empieza a ver el mundo de manera diferente y eso ha recaído sobre los cuentos. Para mí ha sido una suerte de no solo hacer un trabajo literario, sino también de hacer una reflexión personal, el libro es muy importante para mí, porque es una revisión de varias etapas.
Entiendo… Bueno vayamos a la temática del libro. Uno de los temas principales abordados es la violencia familiar y contra la mujer, como en [los cuentos] “La escapista”, “Cuenta Regresiva” y “Tristeza a la media noche” donde vemos casos de abuso y desatención. ¿Por qué decidió que estos temas sean recurrentes en todos los relatos?
En lo personal he sufrido desde pequeña alguna suerte de desatención y abuso, pero no solo lo veía desde de mi eje, sino alrededor también: en personas cercanas, familia, amigas y luego mujeres que iba conociendo. Esto, para mí generó la necesidad de poder hablarlo, porque lo vemos en las noticias, en las estadísticas y de alguna manera se ha contado en la literatura, pero desde una visión masculina. Han sido los escritores [varones] los que han hablado sobre los procesos por los que pasaban las mujeres. Cuando tomé conciencia de esto me di cuenta de que era necesario hablar desde nuestra voz. Una voz una propiamente femenina y [dado que] había visto muy cerca esto era necesario escribirlo para que trascendiera. Estaba el deseo y la intención de que no solamente fuera literatura, sino que también calara en los sentimientos de los que se sienten identificados, porque no solamente las mujeres han sufrido abusos, sino también hombres. Soy de la perspectiva de que todos tenemos nuestro lado femenino y masculino, y el machismo ha hecho que anulemos una de las partes, en el caso de los hombres que anulen su femineidad. También los hombres han sufrido de esta represión de sus sentimientos y sobre todo los relacionados con la sensibilidad, el amor y la debilidad que son parte del ser humano. En el caso de las mujeres ha hecho que se mantengan sometidas, por ello sentía que era necesario sacar este libro.
¿Considera que la literatura debe ser un medio de denuncia social?
Si, creo que todo parte del principio del lenguaje. El lenguaje es el que pone las normas y va construyendo la sociedad, de este viene la acción y el proceder. Para mí, el lenguaje es poderosísimo y la literatura es toda una arquitectura del lenguaje, entonces es muy importante lo que decimos, en ese sentido los escritores somos responsables de lo que escribimos. Hay muchos libros que son terriblemente machistas y… ¡Si! Es necesario aportar desde la literatura.
Otro de los temas abordados es la misoginia, como en el cuento “Rueda Lunar”, sobre la creencia de que el período de una mujer ocasiona su mal humor, también en “Muñeca Rota”, donde una señora presencia una marcha feminista con comentarios varoniles machistas y el relato titulado “Misoginia”, que trata de una parturienta que se condena por sus creencias religiosas ¿Puede comentarnos más a cerca de los prejuicios en estos relatos? Por otro lado. ¿Qué opinión en particular tiene de la relación entre la iglesia y la mujer?
La misoginia es algo que vivimos diariamente, siento que la religión es una construcción humana y política, y si hablamos de la concepción de cristo y dios eso es otra cosa que creo han cogido para hacer la estructura de esta religión y se ha tergiversado. Siempre los ejes políticos han utilizado la religión para el dominio, pero no voy a negar que hay grandes grupos de personas con humanidad que siguen batallando dentro de la religión para lograr cosas altruistas. Bueno, la religión ha servido también para someter a la mujer, he tenido bastante reflexión al respecto. A mí me gusta la segunda parte de la biblia donde aparece Jesús, porque para mí —aunque algunos no estén de acuerdo— él fue uno de los primeros feministas, porque empieza a poner a la mujer en su discurso, le da valor y en nuestros términos, la empodera. Como, por ejemplo, cuando a María, la hermana de Martha, le permite que escuche su doctrina y esté a la altura de los hombres, algo que en esa época era inconcebible. Hay varios episodios como este, como cuando se encuentra con la mujer del cántaro en el pozo y le pide de beber, hay muchos parajes que reivindican. Entonces, dentro de la cultura del Antiguo Testamento, la mujer estaba sumamente sometida, incluso —dice la Biblia— cuando menstruaban, las apartaban, porque eran impuras y contaminaban a los demás, pero cuando Jesús cura a esta mujer que sangraba por una década se van dejando estas ideas. Podemos mencionar tantas cosas, pero si, debemos revisar nuestras creencias religiosas y pensar en esta idea de… no sé si de igualdad —aunque en la biología no somos iguales— pero si de equidad. Todos somos diferentes, pero tenemos que incluirnos y aceptarnos, eso es algo que yo quería revisar por eso el último cuento “Muñeca Rota” es una discusión de ello. También el cuento “Misoginia”, donde trato de revisar el machismo que tenemos las mujeres, ya que las mujeres somos criadoras, educadoras y el machismo empieza en casa, entonces somos a veces las mujeres quienes criamos a hombres machistas, desde pequeños empezamos a hacer diferencias y bueno, es lo que hace el libro, revisar cómo dentro de los discursos comunes se encuentra la misoginia como decir “tu estas loca o enojada porque estas en tus días”, es un discurso muy popular que acusa por el simple hecho de ser mujer.
Si…un tema también presente en el libro es la importancia, ausencia y necesidad de la mujer en la vida de un hombre, como en el cuento “Insomnio”, donde un hombre no puede dormir por pensar en su esposa que ha fallecido y cuando por fin lo logra, despierta. Y [finaliza así] cito: “Se rehusaba a nacer; sin embargo, fue expulsado del sueño y los dolores del parto le desgarraron el alma. Así, lloró intensamente como un recién nacido… Devuelto a la realidad”, a mí consideración es una de las líneas más potentes del libro, que sirve para reflexionar sobre el papel de la mujer en la vida [masculina] ¿No? ¿Qué rol juega el hombre en el libro?
Trato de no encontrar esta división entre hombres y mujeres, me gustaría partir de la idea de que todos somos persona, espíritu, alma… y el cuerpo es nuestro vehículo para movernos en la tierra. Desde esa idea el hombre es parte de un todo, así como la mujer. Los dos somos parte de un todo, que en este universo habitamos. Respecto a este cuento que mencionas “Insomnio”… Bueno, el hombre a nivel cultural e histórico ha ejercido poder sobre los demás, especialmente sobre las mujeres y se ha pensado que la mujer ha venido al servicio del hombre, sin embargo, la mujer no está para eso, sino más bien vino a complementarse. Todos somos parte de la comunidad humana. Los hombres misóginos no han visto la importancia que tiene la mujer en la sociedad, sin ella no hay humanidad. Son las mujeres las que llevan el vientre, las que hacen la gestación, entonces es necesario que funcionen como pareja. Este relato, hace que el personaje de pronto se vea desamparado, no tiene a esa mujer que hace de su pareja y que lo complementa. Al final —dicen algunos— los maridos son una suerte de hijos mayores y de hecho funciona al revés también. Entonces no se trata de hombres ni de mujeres, sino de complementarse como equipo. En el cuento, además, el personaje no solo descubre la necesidad de su pareja, sino también de la madre, de una madre que lo cobije. Todo ser humano cuando es bebe depende de la madre, de la seguridad y protección que le dé. En algún momento de la vida parece que esto se les olvidara o saben que lo tienen allí y creen que siempre lo van a tener, pero cuando desaparece todo se desequilibra y es cuando notan que nunca han estado solos, que más bien dependieron de esa mujer… esa mujer inicial que es la madre y luego la pareja, pero también las hermanas y las hijas.
Contenido adicional: 5 Libros Recomendados por Elena de Yta - “Las Olas” de Virginia Woolf - “Los recuerdos del porvenir" o "Andamos Huyendo Lola” de Elena Garro - “Beloved” de Toni Morrison - “El año al viento” de Karina Pacheco - “Estación Delirio” de Teresa Ruiz Rosas
¿Considera que ha logrado construir una voz propia en sus relatos?
Me encantaría decir que sí (ríe), pero pienso que voy a seguir evolucionando, porque una va aumentando sus lecturas, también va aprendiendo más en la práctica de escritura y bueno, tal vez, podría decir que si he encontrado mi voz, pero sé que esta voz —al igual que nosotros maduramos— va a tener ese proceso.
Recuerdo que en una ocasión la escritora argentina Pola Oloixarac contó que, tras publicar su libro “Mona”, le dijeron “tú escribes como hombre” y ella se sorprendió por ese comentario, desde entonces se planteaba la pregunta ¿A qué le llaman escribir como hombre? ¿Podría decirse lo mismo de un hombre que escriba como mujer? ¿Cómo se identificaría esos parámetros? En la narrativa puede haber una voz femenina o masculina… ¿Pero considera que puede establecerse quien escribe como mujer o como hombre? ¿Qué opina de esto?
Justamente cuando yo estaba en la universidad y recién llevaba mis talleres de narración para introducirme en este campo de escribir formalmente, yo revisaba mucho los clásicos, que por lo general —casi todos—habían sido escritos por hombres y si es que aparecía uno por ahí que había sido escrito por una mujer, llevaba un seudónimo de hombre. Antes las mujeres no tenían la facilidad de poder escribir, no porque no pudieran sino porque lo tenían prohibido y muchas publicaban sus libros en el anonimato o utilizando un nombre de un varón. Le pasó a la misma J.K. Rowling, si sale así —abreviado su nombre— es porque la editorial no quería que salga un nombre femenino para que la gente no tuviera prejuicios en la compra. Volviendo a la pregunta que me haces, cuando yo empecé a prepararme como escritora mis modelos y patrones para escribir eran estos clásicos y yo trataba de imitar la voz masculina. Muchos de mis primeros cuentos han tenido una voz masculina y a qué me refiero con esto… cuando lees y observas la literatura te das cuenta de los discursos, donde hay rasgos de machismo y las mujeres tienen un tipo de roles y funciones, los hombres otros: quién ejerce el poder, quién se encarga de ciertas cosas, quién es la que se preocupa más por la imagen externa, etc. Cosa que está cambiando, porque ahora también los hombres se están preocupando por su imagen, algo que antes solo le correspondía a la mujer. Justamente con esta evolución que te mencionaba, donde pasé de la niña a la joven, fui creciendo, fui mamá, también tuve un proceso de separación, luego un proceso de reconocimiento y en todo este viaje de crecimiento fue conmigo de la mano este libro: “Psicofonías del Silencio”. En la parte final del proceso me di cuenta de que yo necesitaba escribir con mi voz, es decir una voz femenina. Tantos libros habían hablado de la mujer o incluso habían construido personajes femeninos, pero no con una voz femenina, sino desde la voz que el hombre cree que tiene la mujer. Entonces ahí es cuando digo: No, estos personajes y este libro van a utilizar mi voz y mis experiencias femeninas; y de hecho ha funcionado muy bien porque muchos lectores me han dicho “jamás imaginé que una mujer podría sentirse así” y las lectoras me han dicho “me siento plenamente identificada”, entonces siento que la autenticidad femenina en los personajes femeninos ha logrado este efecto.
Digamos, en una situación hipotética, si estos temas hubieran sido escritos por un varón ¿Cree que tendrían la misma forma e impacto? ¿O por el contrario estos temas son más puntuales e íntimos cuando los narra una mujer?
Por lo menos en los detalles y en la descripción… haber, por ejemplo, en el primer cuento “Rueda Lunar”, no sé si un hombre podría haber escrito sobre la naturaleza de la menstruación (ríe). Esta mujer que hace todo un proceso para entender su calendario, y la terapia que hace para reconocerse y aceptarse, tal vez es un tema que no podría haber sido tocado si lo hubiera hecho un hombre. Hay cosas también muy íntimas de los hombres, que si una mujer no fuera parte de ese grupo no podría ver. Los hombres escriben sobre aquello que pueden ver respecto a la mujer y escriben además desde su concepción masculina de lo que creen que es una mujer, entonces, lo que ha hecho este libro “Psicofonías del Silencio”, es lo contrario, escribir desde la propia perspectiva femenina. Esa sería la diferencia.
Personalmente considero que los relatos están muy logrados y que no podrían haber sido escritos por un varón… bueno, ya para finalizar la entrevista quisiera saber si ha escrito algunos cuentos afines a la temática de este libro que no se hayan incluido en esta edición y también si es que habrá una segunda edición…
A mí me gustaría que hubiera una segunda edición, ya con una editorial que pueda llevar el libro a muchos más lugares. Respecto a tu pregunta, bueno sí, estoy preparando otros textos. Ahora estoy en una maestría de escritura creativa en [la Universidad Nacional Mayor de] San Marcos y gracias a ello han surgido otros relatos. Hay uno que estoy trabajando que habla también del abuso, pero ya no de la mujer, sino de un personaje masculino. ¿Por qué? Porque con “Psicofonías del Silencio” se me acercaron muchos lectores y me hablaban de que el abuso es también con los niños y hombres, y es algo que ellos no se atreven a decir por el machismo, porque los tacharían de débiles u homosexuales, cosa que no tiene nada de malo, pero mira cómo funciona: cuando un hombre se siente débil o sensible, le dicen “eres maricón”. Hasta en ese sentido el discurso es misógino, a partir de eso ha surgido este relato que está en revisión, pero hay otro relato que no tiene nada que ver con esta temática y que también estoy trabajando. Por otro lado, están los relatos infantiles, de hecho, ya tengo uno publicado que es “Jaco y el Miedo” y tengo otros dos inéditos que este año me toca revisarlos con las editoriales para que puedan ser publicados.
¿Por qué escribe Elena de Yta? Escribo para entender el mundo y, a la vez, para expresar mi propia representación del mundo.
Por Rivaldo Vásquez.
Fuente: Entre Líneas Cultura.