Arqueólogos egipcios han descubierto al menos 13 sarcófagos de madera de 2.500 años de antigüedad en la necrópolis del desierto de Saqqara, en Egipto. Lo más destacado es que se encuentran en perfectas condiciones y todavía están sellados.
Según el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, los ataúdes se encontraron en un pozo a 11 metros bajo tierra, apilados unos sobre otros. En esa misma fosa funeraria se han encontrado otros tres nichos sellados, por lo que no se descarta que se encuentren nuevos ataúdes.
Su estado de conservación es tan bueno, que algunos de los colores con los que fue decorada la madera están aún intactos. Un análisis inicial ha encontrado que los ataúdes probablemente permanecen sellados desde que fueron enterrados.