Desde la madrugada del lunes, Lima Metropolitana y el Callao entraron en estado de emergencia por 30 días, según decreto del Ejecutivo, con el objetivo de contener la creciente ola de criminalidad. Como parte de la medida, las Fuerzas Armadas han sido desplegadas en zonas estratégicas para respaldar la labor de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Militares en las calles: un primer día marcado por la violencia
El Ministerio de Defensa difundió imágenes del despliegue militar, mostrando a efectivos del Comando Operacional del Centro y la Primera Brigada de Fuerzas Especiales organizándose para patrullar las calles. Durante la mañana, unidades del Ejército recorrieron diversos puntos de Lima y Callao, incluyendo avenidas principales y sectores con altos índices delictivos, como San Juan de Lurigancho, Comas, San Martín de Porres y el Callao.
Sin embargo, pese al refuerzo en la seguridad, la violencia no se detuvo. En las primeras horas del estado de emergencia, se registraron cuatro homicidios en Lima y Callao, víctimas de ataques en distintos puntos de la ciudad. Entre los fallecidos figuran un reciclador, una cobradora de combi, un chofer de transporte público y un conductor de mototaxi, asesinados en hechos aislados.
¿Qué implica el estado de emergencia?
El decreto restringe ciertos derechos constitucionales, como la libertad de tránsito y reunión, lo que permite a la PNP y las Fuerzas Armadas realizar intervenciones sin necesidad de una orden judicial. La medida busca frenar el avance de organizaciones criminales que operan en la capital y el Callao, aunque el impacto real de esta estrategia sigue en evaluación.