El hospital de la Policía Luis N. Saenz, ubicado en Jesús María, Lima, está en el centro de la polémica luego de que se revelara que una mujer falleció a finales de julio tras someterse a una liposucción, un procedimiento que no se realiza oficialmente en este nosocomio destinado a atender a agentes policiales y sus familiares.
Según un reportaje de Punto Final, la víctima, identificada como Sara Salas, de 42 años, falleció el 31 de julio debido a una presunta mala práctica durante la cirugía estética. La intervención habría sido facilitada por la supuesta relación de Sara con Juan Jose Regalado, un policía retirado en 1994, quien la registró como su conviviente. Sin embargo, la Policía sostiene que no existía una unión de hecho, lo que sugiere que Sara habría sido atendida como una particular para un servicio estético no autorizado.
El reportaje también revela que la mujer falleció debido a una mala manipulación de las cánulas durante la liposucción. Además, se identificó la presencia de un médico anestesiólogo externo al hospital durante la intervención. A pesar de los intentos por obtener respuestas, el director del hospital no quiso dar declaraciones al respecto.
Este caso ha puesto en el ojo público la gestión del hospital de la Policía y las prácticas irregulares en la realización de cirugías estéticas dentro de un establecimiento que debería enfocarse exclusivamente en la atención a miembros de la institución y sus familiares en casos de emergencia.
