Umbral Centro Cultural es una de las organizaciones culturales que durante los últimos años más ha destacado en la ciudad de Arequipa. Sus espacios, inicialmente enfocados a la difusión de obras teatrales, fue expandiéndose y en la actualidad cuenta con tres áreas para promover trabajos de diversa índole: Umbral Cine, Teatro Umbral y Umbral Danza.
“Somos un espacio enfocado en promover las artes en todas sus manifestaciones (…) un espacio vivo y participativo que apuesta por la convivencia en la diversidad y que impulsa los movimientos artísticos en la ciudad de Arequipa”.
Con oportunidad de reunirnos con Hugo Riveros, director de Umbral Centro Cultural, dialogamos en torno a la historia, trayectoria, actividad y porvenir de la organización, así como la vida del destacado dramaturgo arequipeño y la aventura de hacer teatro independiente.
¿Cómo se inicia usted en el teatro?
El inicio de mi trabajo cultural y en específico en el teatro, fue a través del descubriendo de estos espacios cuando era joven, los cuales se presentaban por el día de la madre, de la patria, etc. En un momento se convirtió en algo importante para mí porque me contacté con un grupo de personas y con un amigo, fundamos Arlequín Teatro hace 44 años. Esa institución persiste hasta el momento. En el año 78’ u 80’, me vinculé por completo al teatro y pasé a dirigir en el 82’ en el Elenco Municipal. Con ellos trabajamos hasta el 2002, luego me desvinculé de la municipalidad y participé en uno que otro elenco. Posteriormente deje el teatro por unos 4 años porque tenía la necesidad de desarrollar un proyecto que quería hacer…
¿Es así como surge Umbral?
Si, porque cuando yo había trabajado en la Municipalidad era muy complicada la relación con el sistema burocrático. Los conflictos aparecían, pero no tanto en cuestión administrativa, sino en el desarrollo del trabajo. Entonces me dije: alguna vez voy a tener mi espacio y si yo quiero quedarme a ensayar hasta las 3 de la mañana, me quedo. En el sector público, los locales no estaban bien distribuidos. Había muchos problemas para tener espacios de presentaciones, a pesar de que teníamos ciertos beneficios. Así surgió Umbral el año 2014 como un proyecto cultural vinculado fundamentalmente al teatro y en el camino fuimos acoplando al cine, la danza y la música, teniendo muchas metas, entre ellas tener un centro de acopio de la cultura arequipeña. Como teatro hemos expuesto alrededor de 30 obras nuestras y muchas otras de diversos grupos. Ahora sí. Se ha llenado la agenda.
Algo que nos ayudó mucho fue el apoyo del Ministerio de Cultura a través de los fondos concursables. Lo bueno es que estamos organizados, somos una institución oficial, todo está claro. Tenemos un equipo de trabajo conformado principalmente por jóvenes, que es lo importante. Estos jóvenes han dado una inyección vital al trabajo. En dos o tres proyectos, tuvimos el apoyo del MINCU, el último fue en el DAFO [Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios] que nos dio un aporte considerable y hemos correspondido a ello con una buena implementación. Los cineastas de Arequipa y y del Perú saben que aquí hay una sala para sus obras. El cine, el teatro y la danza están presentes y aquí en Umbral todos los días hay actividades, proyecciones de cine, talleres…
A consideración suya… ¿Cuánto ha cambiado el panorama del teatro arequipeño durante las últimas décadas? ¿Qué problemas se presentaban antes que ahora no nos topamos?
Yo creo que influyó mucho la época en la que vivíamos en los años ochenta. La guerra interna y la economía tan precaria. Los periodos de gobierno de esa época nos dejaron en bancarrota. Esa era una complicación porque la gente no tenía caja para el tema cultural como la tiene ahora. La economía ha mejorado en general, tal vez no como quisiéramos y como debería corresponderle al país (…) Sin embargo, nosotros hemos trabajado mucho en los años ochenta y se desarrolló el teatro con otro perfil porque llegó el movimiento de teatro independiente en el Perú. Lo creó Sara Joffré y lo impulsaron grupos como Yuyachkani, Cuatro Tablas, etc. Son grupos que hicieron un lenguaje peruano y nos demostraron a los provincianos que había un camino que se podía recorrer donde podríamos mirar al Perú a través de nuestras propias historias.
A partir del año 2010, comenzó a dar un giro completo el desarrollo del teatro arequipeño, aparecieron salas independientes como Arte Escénica, Teatrando, Calapata… ahora La Butaca que se suma con mucho éxito, también Gallito de Papel, en fin, no quisiera olvidarme de alguno. En cuanto a las salas independientes que se gestionan como nuestro caso, surgieron durante esa década y son jóvenes por lo general los que se han empeñado en esta tarea y están haciendo muy buen trabajo desde sus trincheras teatrales. Nosotros también somos parte de un fenómeno, a pesar de que yo tengo un recorrido de bastantes décadas, me sumo a la energía de los jóvenes. En ese sentido hemos logrado metas importantes, una de ellas que quiero destacar con mucho entusiasmo, es que haya una dramaturgia arequipeña, escritores que escriban historias desde Arequipa, que escriban nuestras vivencias, contexto, lo que somos, nuestras sensibilidades.
En el año 2016 trajimos a Daniel Amaru Silva, un dramaturgo joven de Lima, él puso en revuelo toda la iniciativa en este sentido y produjo dos talleres largos. Luego hemos traído con mucha satisfacción a Alfonso Santistevan, un maestro buenísimo y un dramaturgo maduro, conocedor del tema. Hace dos semanas concluimos un taller con él. Entonces, en el año 2022, todas las obras que se han hecho en Arequipa, por lo menos el 50% son de autor arequipeño y no son solo muestras, sino obras de temporada. Gente que ha realizado trabajos muy buenos, como Anahis Beltrán, Mauricio Rodríguez, Héctor Cornejo, etc.
¿Qué dificultades se han presentado al realizar teatro independiente?
Es una aventura, es una osadía hacer algo independiente. Lo que pasa es que un tiempo también la gente esperaba que el gobierno lo hiciera todo, pero llegó un momento en que se pudo hacer. Muchas cosas ya se están presentando favorables al teatro independiente, sobre todo que al público le está interesando un poco más, porque lo único que sostiene al teatro independiente es el público. Se paga una entrada y nosotros brindamos el trabajo, lo hacemos sostenible. Sin embargo, las dificultades más grandes en esta aventura, es que al iniciar algunos han claudicado, han devuelto sus salas, no han podido avanzar mucho y especialmente a partir de la pandemia. Se complicó tanto que ya no pudieron sostenerse, nosotros nos hemos sostenido gracias al Ministerio de Cultura, porque nos brindó el apoyo de reactivación y también porque estábamos organizados.
Antes solía decirse que en las provincias las personas no consumían teatro, pero que les dice su experiencia en Umbral. ¿Es esto así en la actualidad? ¿El habitante arequipeño consume muy poco teatro?
No hay un indicador que señale a qué porcentaje de la población le interesa. Nosotros sí tenemos la concurrencia porque semana tras semana hay teatro aquí, pero nuestra sala que es de noventa espectadores por lo menos está llena al 60%…
¿A lo largo de estos años considera que la demanda ha aumentado?
Si, desde luego que sí. También la calidad de trabajo. La exigencia contemporánea hace que los productos sean mucho más elaborados, serios y comprometidos. Así se puede entregar un producto que al público le parezca bueno, donde sientan que el teatro no solo es entretenimiento —que si lo es en el fondo— sino que es algo que despierta la sensibilidad y nos ayuda a ser mejores seres humanos.
¿Durante los años de pandemia cómo la pasó Umbral?
Obviamente estuvo cerrado y cuando regresamos tuvimos la condescendencia del dueño del local, porque aquí pagamos un alquiler bastante fuerte. Es el centro de la ciudad. El corazón de Arequipa. Fueron un tanto tolerantes bajando los costos un poco, pero aún así teníamos que responder económicamente a todos los otros gastos. Entonces es donde el MINCU nos ayuda, pero nosotros quizá somos uno de los grupos que se han reactivado más rápido. A partir de mayo de 2021 ya estaba abierta la sala, claro con todos los protocolos. Progresivamente vino la gente ya con mucha más confianza y ahora estamos reactivados. La pandemia hizo que mucha otra gente deje sus salas, con mucha pena. Bueno, también están los formatos virtuales que entraron a formar parte de la vida del ser humano y que ahora van combinándolo con lo presencial.
¿Qué proyección tiene el Centro Cultural Umbral para los próximos 5 años?
Buenas son esas preguntas porque nos hacen ver a futuro. Nosotros como asociación nos hemos planteado que dentro de cinco años debemos ser un centro eje de la cultura arequipeña, no porque queramos ser los protagonistas, ni los héroes, ni los mesías…
Pero sí un referente…
Un referente, sí. Pero, vinculado mucho a lo que se ha producido culturalmente en Arequipa. Nos interesa mucho por ejemplo tener una videoteca, una mapoteca, un centro de acopio de todo lo que se ha producido culturalmente en la historia de la región. Acerca de lo que tengamos memoria, porque mucho de lo que se hace, se dispersa, se pierde…
O es de difícil acceso…
Si, como el caso de Pedro Ximénez Abril Tirado, que era compañero de Mariano Melgar. Este músico fue investigado por musicólogos arequipeños que tuvieron que ir hasta Sucre para recoger información y resulta que en esa región hay más información del artista que en la misma Arequipa. Él tenía un peso académico mundial en la música. Ese trabajo por ejemplo es importantísimo. Nos interesa esa línea, apoyarla. Porque hay gente que ya está trabajando en esto: Harry Mendoza, Zoila Vega Salvatierra, etc. Entonces, queremos formar parte de esa dinámica de recuperación de la memoria cultural y todo lo que se ha producido, como las primeras grabaciones de [Benigno] Ballón Farfán, lo que se hizo en el teatro arequipeño, los primeros actores que vinieron…
¿Hay algún archivo acerca de ello?
Hay información y algunas personas se encuentran investigando, por ejemplo, Mauricio Rodríguez, Luis Álvarez Oquendo también, Carlos Vargas Salgado que hizo un libro sobre el teatro peruano y el tiempo del miedo, entre otros. Entonces todo esto que se hizo y que quizá alguien pueda tener en su patrimonio personal, sobre de algún personaje importante como Francisco Mostajo o Pedro Paulet Mostajo, podríamos tenerlo aquí como información. Por ese lado nos gustaría ahondar, así como potenciar todo lo que tenemos en teatro y la investigación en danza.
Para este 2023. ¿Qué metas tienen?
Yo voy a potenciar más el tema teatral, como director tengo tres obras. Tenemos que trabajar siempre dramaturgia arequipeña por lo menos una o dos veces. Yo escribí por ejemplo una que debemos montar para fin de año. Como meta específica son cinco obras, dos para niños y tres para adultos, además de la dinámica que tiene la sala para que otras agrupaciones puedan hacer sus temporadas acá. Ahora hasta junio ya está copado. Por otro lado, la meta en el cine, es salir del centro histórico. Nos interesa mucho llevar el cine a los pueblos jóvenes…
¿A las provincias?
Si, a las provincias. Nos interesa mucho, y llevar el teatro también.
¿Eso se realizará durante este año?
Estamos preparando los proyectos. El teatro es más fácil porque podemos tomar a 3 o 4 actores y decirles: Tenemos estas prestaciones, vamos a tal sitio. Si las obras lo permiten por su dinámica de escenografía, funciona. En el caso del cine no, necesitamos un proyector, un cañón multimedia, un equipo de sonido, sillas, en fin toda una logística, pero igual lo haremos. El año pasado tuvimos algunas actividades y créeme que la mejor experiencia cultural que yo he experimentado está en la gente del pueblo. No hay mejor recompensa que la mirada, la felicidad de una persona del pueblo cuando siente que le han tocado dentro y esa correspondencia enriquece mucho, nos permite conocer a esas personas y nos permite retroalimentar.
Por ello, el próximo año debemos hacer circuitos de producción en los pueblos jóvenes. Crear núcleos de trabajo en 3 o 4 partes de Arequipa, para que ellos mismos hagan sus propias propuestas, su dinámica. Nosotros iremos a asesorar, apoyar, pero nunca de manera paternalista, sino más bien a modo de hacer puentes, que es en realidad lo que salvará al país. Somos un país tan diverso con tanta exclusión, discriminación y centralismo que lo que necesitamos es tener puentes con nosotros mismos. Hacer dinámica de interculturalidad.
La próxima actividad que tienen es el III Festival de Teatro Umbral “Entre Tablas”. Coméntenos más acerca de ello.
Entre Tablas es un festival que se asoma como la expresión de las obras más importantes del año pasado y que se vienen a presentar en temporada durante una semana completa a precios muy asequibles. Quince soles por función para que la gente pueda venir y apreciarlas. Tenemos un espacio debidamente montado, con luces, sonido, y un equipo de producción, todo está funcionando para este encuentro que se realizará por el Día Mundial del Teatro, que se conmemora el 27 de marzo y fue instituido por el Instituto Internacional del Teatro en 1961. A partir de ahí, todos los artistas se reúnen en muchos países y presentan gratis sus obras. Nosotros hacemos el festival también en función a ello.
El domingo de la próxima semana, más bien, la escuela del Teatro Umbral lo hace gratuitamente con los espectáculos que tiene. Durante la semana [en el festival] son otros grupos los que se presentarán y que apoyamos con la taquilla también. Entonces, un buen porcentaje de la taquilla va para ellos. Es la forma en la que nosotros colaboramos y festejamos este día. Las funciones se presentarán de lunes a sábado a partir de las 8 de la noche y siempre recomendamos que vengan un poco más temprano porque habrá dinámicas. El domingo 2 [de abril] tenemos una función gratuita.
Funciones del III Festival de Teatro Umbral Del 27 de marzo al 01 de abril a las 20 hrs. -Lunes: “Fiesta de Cumpleaños” de Erick Alpaca Sayra (tragicomedia). -Martes: "Acepto" de Claudia Ayestas (drama). -Miércoles: "Peruanas" de Julio Cesar Valdivia Durand (histórico). -Jueves: "Recicladores de cuentos" de Abdias Caleb Vasquez Barrientos (comedia). -Viernes: "Infierno" de Mauricio Rodríguez-Camargo (cómico farsesco). -Sábado: "Obras del Bicentenario” de Andrés Luque-Ruiz de Somocurcio (histórico).
Por último, después de celebrar el festival. ¿Qué otras actividades realizarán?
Bueno, están desarrollándose los talleres de clown, impro [improvisación], la escuela de cine y tenemos el montaje de una obra de teatro para niños, así como el montaje de otra obra que tiene que ver con la cultura andina. Sobre la no violencia en la mujer, no a la violencia de género. Eso sería lo más inmediato para el mes de junio, luego los otros grupos que podrán presentarse… todo viene sumando, también está la escuela de teatro que vamos a empezar en abril, ya con una currícula planificada hasta noviembre.
Entrevista por Rivaldo Vásquez.
Fuente: Entre Líneas Cultura.