Colombia. Actualmente, el país vecino del norte atraviesa una serie de protestas que estallaron hace varios días. Esto a raíz del aumento de impuestos que el gobierno de Iván Duque quería establecer con la reforma tributaria.
Esta reforma fiscal buscaba mitigar la crisis económica que ha dejado la pandemia y recaudar 23,4 billones de pesos (más de 5000 millones de euros), esta medida afectaría a muchos ciudadanos que tienen un ingreso anual de 2,4 millones de pesos colombianos.
Que son alrededor de 550 euros, en un país donde el salario mínimo es equivalente a unos 205 euros. Además se pretendía subir los impuestos a los servicios públicos.
Estas medidas del gobierno de Duque obligaron a miles de colombianos a salir a las calles y elevar su voz de protesta. La respuesta de Estado fue un cruel represión policial, generando altos índices de violencia e indignación a nivel mundial.
Mientras la ONU ha pedido garantizar el derecho a la libertad de reunión pacífica y a la protesta, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, condenó los casos de tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden.
Hasta el momento se reportaron 27 personas muertas según la Fiscalía y la Defensoría en un documento en el que aclararon que de esos fallecimientos 11 están ligados directamente con los hechos, siete están «en verificación» y hay nueve que no tienen relación con las protestas.
La ley de reforma tributaria ya fue retirada pero los ciudadanos colombianos estarían aprovechando el agitamiento social para exigir otros derechos que desde el 2018 el gobierno de Duque estuvo reprimiendo.
La crisis expuesta por el modelo aplicado en Colombia ha obligado al mandatario a proponer reunirse con la oposición y detener de una vez la crisis por la que atraviesa el país.
Aunque no hubo acuerdos con una facción de las muchas que esperan ser escuchadas, decidieron invitar a Duque a Cali y convocar a los líderes para poner paños fríos a la crisis.
Por el momento, no hay respuesta del mandatario y la represión policial parece ser el único mecanismo que le queda a Duque para tratar de controlar la situación que cada vez sale más de las manos.
