La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) de Puno inició una investigación preliminar contra los que resulten responsables del delito de contaminación ambiental agravada.
La indagación se centra en los vertimientos mineros detectados en los ríos Ocuviri, Huarucani, quebrada Lluchusani y otros afluentes de la cuenca hidrológica Llallimayo.
Durante la inspección, se verificó que en el área de trabajo de la unidad minera Arasi —de propiedad de la empresa Aruntani S. A. C.— se realiza el vertimiento de aguas ácidas directamente a un río de la quebrada Lluchusani.
Los fiscales hallaron una poza de acumulación y una tubería de seis pulgadas, con una llave, que expulsaba de manera continua aguas contaminadas.
Además, se confirmó que no existía autorización de la Autoridad Local del Agua para dicha descarga, lo que la convierte en una acción clandestina e ilegal.
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Se tomaron muestras del agua para análisis técnico. Los resultados preliminares mostraron alta acidez, alta conductividad y una demanda bioquímica de oxígeno por encima de los niveles permitidos por la ley.
Esta contaminación estaría afectando de forma grave la salud de la población en dos provincias de Puno: Lampa (distrito de Ocuviri) y Melgar (distritos de Llalli, Umachiri y Ayaviri).
