Japón ultima los preparativos de la inauguración este viernes de los Juegos Olímpicos de Tokio, a la que asistirán una quincena de líderes extranjeros, sin perder de vista el mayor número diario de contagios de covid 19 en la capital en más de seis meses.
Cuando quedan dos días para la ceremonia de inauguración no dejan de acumularse imprevistos para los organizadores. A la dimisión a última hora del compositor de los primeros compases de la ceremonia inaugural, que serán sustituidos, se suma el pronunciado aumento de contagios en el área metropolitana, que están generando inquietud.
Tokio contabilizó 1.832 nuevos casos de covid-19 este miércoles, la primera jornada de competiciones olímpicas (con el inicio de los partidos de sófbol femenino) y con la ceremonia aproximándose.
Se trata de la cifra más elevada desde mediados de enero y a ella hay que sumarle los contagios identificados dentro de la “burbuja” olímpica, que el comité organizador publica por separado. En lo que va de julio el número total asciende a 75, incluidos seis atletas.
Los expertos sanitarios japoneses llevan un tiempo alertando de que al ritmo actual de incremento, para la ceremonia de inauguración de los Juegos las cifras de nuevos casos diarios solo en Tokio se situarán entre los 2.000 y 2.500, una situación peor que durante la tercera ola nacional, y la tasa será mucho mayor en agosto.
Las infecciones en el corazón de Tokio 2020 ya han provocado las dos primeras retiradas de la competición, las de la taekwondista chilena Fernanda Aguirre y la skater holandesa Candy Jacobs, que se perderán sus pruebas tras haber contraído el patógeno, y mantiene a decenas de contactos cercanos pendientes de sus test.
A las retiradas de Aguirre y Jacobs ya en Japón se unen las de otros deportistas que ya anunciaron su salida de los Juegos antes de viajar tras haber dado positivo.
Representación diplomática
La pandemia, que está rebrotando en amplias zonas del mundo por la propagación de variantes altamente contagiosas, como la delta, también ha pasado factura a la llegada de dignatarios extranjeros para asistir en la ceremonia de inauguración.
De momento, una quincena de líderes de países y organizaciones internacionales han confirmado su asistencia, una cifra muy inferior a los 40 mandatarios que participaron en la de Río 2016, según anunció hoy el portavoz del Gobierno japonés, Katsunobu Kato.
Si todo avanza según lo previsto, el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro mongol, Luvsannamsrai Oyun-Erdene, y la primera dama estadounidense, Jill Biden, se sentarán en las gradas del nuevo Estadio Olímpico, que en esta atípica ocasión solo albergarán miembros de la familia olímpica y otros participantes.
Acudirán también 70 autoridades extranjeras representantes de los ministerios deportivos correspondientes, dijo el portavoz, así como el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que ya se encuentra en Tokio.
En una comparecencia hoy ante la 128 Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), reunida en la capital nipona, Tedros aseguró que el éxito de los JJ.OO. no depende de que no haya casos de covid sino de que “todos se detecten y se interrumpa la transmisión”.
“Los planes se someterán ahora a una prueba de fuego y espero que los Juegos sean todo un éxito, porque será una demostración de lo que se puede hacer cuando se aplican los planes adecuados”, añadió.
Posteriormente, el máximo representante de la OMS se reunió con el ministro japonés de Salud, Norihisa Tamura, junto al que conversó sobre la gestión de la pandemia y abogó por ampliar la vacunación como medida para poner fin a la expansión del coronavirus.