En los últimos meses el Perú ha tenido un alza exponencial de los precios de combustible y esto ha impactado en la economía de los peruanos. Se sabe que el conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado que el combustible aumente su precio en todos los países del mundo y la razón principal es que los dos países tienen una gran cantidad de suministros de gas natural y petróleo que no pueden exportar debido a la situación actual. Esto ha llevado a una escasez de productos derivados del petróleo y precios más altos, especialmente para la gasolina en América Latina.
Tomando como referencia el informe de Bloomberg, señala que nuestro país tiene la gasolina más cara a nivel de Latinoamérica, con un precio del galón de gasolina de US$ 6.3 en el país. Sin duda, un precio alarmante con un efecto dominó, puesto que los transportistas han comenzado a considerar elevar los precios del envío de productos agrícolas a las diferentes regiones del Perú, lo que por consiguiente deriva en un alza de los productos que abastecen los mercados nacionales, siendo este mismo un golpe directo a los bolsillos de los ciudadanos que, además, podría terminar en un posible escenario de escasez de alimentos en el país.
Para mitigar los efectos del aumento del precio de los combustibles, los peruanos han tenido que buscar formas de reducir sus gastos. Una forma es reduciendo la cantidad de gasolina que usan en sus vehículos. Otra forma, es comprando alternativas más baratas al combustible, como el etanol, biodiésel y el gas natural.
En ese sentido, es necesario que nuestros representantes en el gobierno empiecen a tomar acciones que analicen el comportamiento del mercado internacional, pues según Aurelio Ochoa expresidente de Petroperú, la razón de estos precios desorbitantes en el combustible se debe por varios factores: el primero se relaciona con la carga tributaria que es bastante elevada y que puede llegar a alcanzar a un 34% en el precio que se factura en las plantas de abastecimiento; el otro factor va relacionado con la optimización de los costos de producción en las refinerías, pues hasta hace unos años atrás el precio del petróleo llegó a casi US$150 el barril y nunca se vio nada parecido con el nivel del costo actual del galón que se encuentra por encima de los 20 soles. Ahora bien, tomando como referencia el precio internacional actual del barril de petróleo, que es de US$111 no justifica el alto precio que llega al consumidor peruano.
Nos encontramos en un escenario catastrófico del cual parece ir agudizándose por cada día que transcurre, la población sigue inconforme con la situación, pues son ellos los que están teniendo un impacto directo en el desarrollo de su vida cotidiana; y aunque no tengan o usen un vehículo, los camiones que transportan medicamentos, alimentos o la propia gasolina, sí lo necesitan y de no solucionarlo lo más pronto posible terminará por dejar caer la última pieza de dominó, que será un desabastecimiento total de productos a nivel nacional.
Pero no todo está perdido, hay soluciones a largo plazo para la situación del Perú por el alto costo del combustible. Una solución viable sería la de desarrollar nuevas formas o alternativas de energía. Otras soluciones se podrían enfocar en diversificar la economía peruana. Esto permitiría al país continuar vendiendo productos y servicios, incluso frente a nuevos y extremos aumentos en el precio del combustible.
Datos del autor:
Gabriel Anco es estudiante de Ciencia Política de la Universidad Católica Santa María de Arequipa
