Por: Esteban Couto.
Una de las producciones que más me llamó la atención del colectivo Dragostea es aquella colección de poesía femenina reunida bajo el título de “Lady Lazarus”. Ya en una ocasión hablé sobre “Ariel” de Plath; este día amerita una revisión de la obra poética de una autora que hizo del cuerpo femenino un festival de descubrimientos desde la óptica del goce, lo sensorial y el amor profesado hacia las mujeres que marcaron su vida. Me refiero a Pauline Mary Tarn, más conocida como Renée Vivien en el mundo literario de fines del siglo XIX e inicios del XX en Francia, donde residió hasta el año de su muerte en 1909.
Vivien es símbolo de la libertad sexual en una época reacia a la homosexualidad y, a la vez, voz contestataria que a través de su poética parnasiana y su verso encendido de pasión, marca la pauta en los antecedentes de la literatura de género y de temática LGTBI+. No por nada, esta entrega poética se titula “Sapho y otros poemas”, reunión de sus mejores textos líricos en idioma francés, traducidos por María Miranda y María Eugenia Delgado. Conjunto de poemas donde palpita el sentir de Vivien por cada una de las mujeres que tocaron su fibra más profunda y con quienes mantuvo relaciones clandestinas (la escritora Nataly Clifford Barney y la baronesa Helene De Zuylen, una de las Rothschilds de París, entre ellas), pese a que casi todos en Francia sabían de ella como una lesbiana confesa y reconocida, ya sea por sus investiduras varoniles o por sus sonados escándalos en los que terminaba involucrando sin querer a sus amantes. Para nuestra sección #LetrópolisÍgnea elegí el poema “Et certes j’ai couché dans un songe avec la fille de Kupros”, cuya traducción al español sería “En efecto, yo me acosté en un sueño con la hija de Kupros”. Aquí, el yo poético se deja entrever femenino, sutilmente, a medida que el encuentro furtivo es precedido por la complicidad de la noche y lo que esta trae consigo. En el discurso, fuertemente erótico, subyace el deseo por probar las delicias que solo parecieran estar reservadas para cualquier dios que erige su poder siempre que se identifique como masculino; deseo descrito de principio a fin como el acto por fin consumado y que remembra en su pasaje medular el proceso de sensorialidad de las amantes durante el sexo, además de crear con un tono transgresor, una atmósfera onírica de clímax que encierra a los cuerpos en una alcoba secreta de Lesbos. El hambre de posesión por el otro y lo prohibido de la escena hacen de este poema un concierto de voces que se liberan ante la exploración de sus cuerpos mortales, con la misma fruición con que las deidades griegas bajaban a tierra para disfrutar los más grandes placeres de la vida.
“Sapho y otros poemas” es un libro que rescata a una autora que en su tiempo, cuando empezó a publicar con su seudónimo de René Vivien, recibió grandes elogios e incluso fue comparada con Baudelaire por la crítica, hasta que se mostró al público como lesbiana (agregando la “e” final al nombre, traduciéndose como “Renacida”) y fue censurada al punto de recibir injustificadas burlas por la temática lésbica o la reivindicación de la imagen y lírica de Safo en sus versos. Gran labor la de Dragostea por sacar del baúl, en el 2008, a una poeta LGTBI+ cuya obra tiene la calidad y la sensibilidad de las poetas marcadas por la tragedia, los excesos y el sueño de vivir el amor sin géneros, sin límites ni amarras.