Por: Orly Vides.
En la década de los 80s, cuando Latinoamérica se encontraba sumida en un terrible caos político y el rock era uno de los géneros que más estaba de moda, salieron desde Chile, Los Prisioneros. Una de las agrupaciones más revolucionarias, no solo en su país, sino que en gran parte del continente americano, contando con el cantante Jorge Gonzales, el guitarrista Claudio Narea y el baterista Miguel Tapia. Varios de sus temas tuvieron una enorme repercusión a nivel internacional, como “Sexo”, “El Baile de Los Que Sobran”, “Estrechez de Corazón”, etc.
La agrupación es de aquellas grandes que ha sabido evolucionar de una manera magnífica, empezando con un pop rock combinado con punk en su debut, “La Voz de Los ‘80” (1984). Dos años después sacaron su disco más afamado, “Pateando Piedras”, recordado por tener una mayor influencia del new wave, utilizando más los sintetizadores. La influencia de aquel género siguió en sus trabajos siguientes, “La Cultura de La Basura” (1987) y “Corazones” (1990). Lamentablemente, por diferencias creativas, se separaron en 1992, dando lugar a que sus integrantes realicen proyectos en solitario.
Sin embargo, en 2001 la agrupación tuvo un regreso por medio de ciertos tours, los cuales lograron reavivar las ganas para realizar más música por parte de los integrantes. Es entonces que sacan su disco homónimo (2003), el cual tenía la misma influencia de sintetizadores que sus trabajos anteriores, no obstante en esta oportunidad incluyeron mayor cantidad de efectos, que le daban un sonido exótico a las canciones. Un año después, la banda sacó su último disco, “Manzana”, recordado por cambiar el estilo que la banda había tenido durante casi toda su carrera, utilizando menos sintetizadores, e incluso metiendo solos de guitarra. Pese a que este álbum tuvo buena acogida, la banda se separó en 2006.
En el caso de Los Prisioneros, ellos le han dado un toque único a sus canciones, debido a su gracia para lograr temazos sin necesidad de que estos sean solo canciones para vender. Muy por el contrario, en cada momento podías apreciar como Jorge Gonzales cantaba lo que salía de su corazón, como si fuera la última vez que lo fueran a escuchar.
Para terminar, solo decir que fue con esta agrupación que varios entendimos la capacidad del arte para ayudar por lo que es correcto, con las letras que ellos hacían y su actitud en sus apariciones públicas, se podía apreciar como el artista sabía perfectamente que decir acerca de aquellos importantes temas.
