César Gentile, general retirado de la Policía y ministro del interior en el mandato de Martín Vizcarra, recibió una curiosa llamada la mañana del miércoles 11 de noviembre. Su teléfono celular indicaba que era el señor Manuel Merino, nuevo presidente del Perú con menos de 24 horas de haber juramentado.
Algunas personas escucharon el diálogo entre el mandatario y el general retirado, Merino le expresó su “preocupación por los desmanes” en las protestas, esas que no paran desde el 9 de noviembre, luego de que el Congreso aprobara la vacancia de Vizcarra.
“La llamada es un reclamo a Gentile para que endurezca la represión y sofoque las protestas”, apunta una columna de Gustavo Gorriti en IDL-Reporteros.
La renuncia de Gentile publicada en El Peruano lo obligó a dar la única respuesta que podía: ¡Ya no soy ministro de Interior!, le dijo a Merino. No podía tomar ninguna decisión, Gentile sabía que era ganarse acusaciones por “usurpación de funciones”.
Merino quería que las fuerzas del orden se impongan y replieguen a los manifestantes, pero no sabía quién quedó al mando de la Policía.