Al menos 23 personas permanecen hospitalizadas, tres de ellas en estado grave, dijeron el domingo autoridades locales, tras la violencia registrada la víspera por hinchas durante un partido de fútbol en el centro de México en un estadio repleto de familias.
Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, estado vecino a la capital de México y sede del estadio La Corregidora en donde se dio el enfrentamiento el sábado, dijo que además de las tres personas graves hay 10 delicadas entre los aún hospitalizados.
El sábado, durante el partido entre los equipos Querétaro y el actual campeón Atlas, hinchas de ambos equipos comenzaron una pelea en las gradas del estadio que llevó a cientos de aficionados, incluyendo familias con niños, a invadir la cancha tratando de ponerse a salvo y huyendo de una pelea que fue subiendo de intensidad.
“Es inaceptable”, dijo Kuri en conferencia de prensa. “Aunque no hay muertos no podemos decir que no es una tragedia”, añadió, insistiendo en que no había fallecidos pese a numerosos reportes en redes sociales que hablaban de víctimas y al menos un par de testimonios de personas que declararon haber perdido a un familiar o amigo.
Videos en redes sociales e imágenes de televisión mostraron el sábado a una turba de hombres peleando en las tribunas, enfrentamiento que llevaron a la cancha y a otras zonas del estadio.
También a hombres desnudos y ensangrentados tirados sobre el piso, varios de ellos sin moverse, y a varios armados con sillas golpeando a otros a su alrededor en medio de trifulcas.
La secretaria de gobierno de Querétaro, Guadalupe Murguía, dijo en la conferencia de prensa que aún no hay detenidos, pero que se han iniciado investigaciones para deslindar responsabilidades. Kuri dijo que los cargos que se fincarían a los responsables incluyen homicidio en grado de tentativa.
CONDENA TOTAL
La violencia en el estadio recibió una condena generalizada en el país el fin de semana y de organismos directivos del deporte.
La Concacaf, que rige el fútbol en Norteamérica, Centroamérica y El Caribe, calificó el enfrentamiento como “impactantes actos de vandalismo y violencia”, pidió a las autoridades locales que se investigue a fondo lo sucedido y se apliquen fuertes sanciones deportivas.
A su vez, la FIFA dijo que estaba “consternada por el trágico incidente” y se sumaba a la condena y peticiones de la Concacaf.
“Una vez más, la FIFA desea subrayar que la violencia no debe tener cabida en el fútbol y que seguiremos trabajando con todas las partes para erradicarla de nuestro deporte”, dijo en un comunicado.
En redes sociales había quienes pedían que se suspendiera el resto del campeonato local, e incluso, que la FIFA retirara a México del Mundial de Fútbol 2026. Canadá y Estados Unidos serán las otras dos sedes.
Al respecto, el presidente de la Liga MX, Mikel Arriola, reconoció que lo sucedido había dañado la reputación del fútbol nacional, en un hecho “mediáticamente extraordinario” y tenían el reto de generar una “respuesta creíble, un castigo efectivo” en el corto plazo para revertir la mala imagen.
Por lo pronto, dijo Arriola en rueda de prensa, el estadio La Corregidora ha sido suspendido y que los grupos de hinchas no podrán asistir a otros estadios en donde juegue su equipo que no sea su sede local.
Además, evaluarán en asamblea de dueños de clubes el martes las acciones a tomar y prometió una “sanción ejemplar”.
“Este proceso ya está abierto en la comisión disciplinaria”, dijo en Querétaro, a donde se trasladó para reunirse con el gobernador y el dueño del club local, Gabriel Solares, quien lo acompañó en la rueda de prensa.
“Se tendrá una decisión pronta”, subrayó.