La Red de Bibliotecas de la Confianza lanzó su nueva iniciativa «Mi libro vecino», un aplicativo móvil para localizar y conectarse con librerías, bibliotecas, mediadores de lectura, libreros, editores y otras personas interesadas en la lectura.
Se trata de un geolocalizador que busca convertirse en la primera red social de lectores a nivel nacional. La plataforma cuenta con una página web y una aplicación de uso gratuito, permitiendo a instituciones y personas participar como usuarios o colaboradores.
La historia de la Red de Bibliotecas de la Confianza comenzó como una iniciativa de Josefina Jiménez, quien decidió —ante el cierre de las bibliotecas por la pandemia— colocar una caja de frutas afuera de su casa para compartir libros en su comunidad.
Esta iniciativa pronto sería replicada en diferentes regiones del país y a medida que más personas se sumaban, se constituiría el concepto de “Biblioteca de la Confianza”. El cual buscaba fomentar la lectura a través del préstamo y devolución de libros en un espacio abierto, para así generar un sentido de confianza entre los lectores.
Inicialmente, se tenía la preocupación de que la gente simplemente tomara los libros sin devolverlos, pero para sorpresa de todos, eso no sucedió. “En lo personal yo estaba muy entusiasmada, pero también tenía el temor de que se llevaran todos los libros y ninguno retornara, pero sucedió todo lo contrario y comenzamos a armar una red, porque había mucha gente que nos escribía y que participaba”, cuenta Gabriela Alosilla, promotora de las Bibliotecas de la Confianza en Arequipa.
Tras la buena acogida de esta iniciativa, se abrieron alrededor de 40 puntos en diferentes regiones del país. La red comenzó a recibir apoyo y demostró que el acceso a un libro puede ser más sencillo y libre, sin las restricciones de una biblioteca convencional. Sin embargo, no está entre sus objetivos reemplazar a las bibliotecas, sino presentarse como una opción más para la población.
“Luego de la pandemia, nos dimos cuenta de que era necesario trasladar la biblioteca a lugares donde nosotros todavía teníamos cierto control. En varios casos, la biblioteca fue a negocios o colegios. Empezó a generar una comunidad. A partir de eso decidimos crear una base de datos con los lectores más asiduos, pero para entonces ya se había expandido más. Nos escribían muchísimas personas y no dábamos abasto para responder a todas, por eso surgió la iniciativa de hacer una aplicación móvil”, agrega Alosilla.
La plataforma “Mi libro vecino” es un proyecto que permite a los lectores, mediadores de lectura y otras bibliotecas registrarse como colaboradores, proporcionando información detallada para que otras personas puedan encontrarlos fácilmente. Funciona como un Google Maps para el mundo de los libros, permitiendo localizar puntos de lectura, así como generar redes de interacción entre lectores.
Para garantizar la integridad de la plataforma, se lleva a cabo un proceso de verificación para asegurarse de que los colaboradores sean representantes culturales legítimos. Por otro lado, cabe señalar que la aplicación no permite solicitar libros ni realizar trámites de biblioteca, se enfoca exclusivamente en la localización de centros y servicios.
Tanto bibliotecas municipales y regionales como librerías, docentes y otras instituciones relacionadas con la lectura pueden registrarse en la aplicación. Asimismo, docentes, mediadores de lectura y afines pueden ofrecer sus servicios a través de la aplicación, brindando talleres para niños o sesiones de lectura.
“Lo que se quiere con esta aplicación es lograr una comunidad lectora, descentralizar la información y acceso al libro. Ha funcionado ya con la red de bibliotecas y no tenemos un compromiso con ningún ente, todo es por la voluntad de fomentar la lectura. En cada región hay un promotor principal, pero en toda la red no hay un esquema jerárquico. No hay un jefe, todo es colaborativo entre los integrantes”, puntualiza Gabriela Alosilla.
Para conocer más acerca de este proyecto, visite milibrovecino.com
Por Rivaldo Vásquez.
Fuente: Entre Líneas Cultura.