Desde el 1 de enero de 2025, Milán ha implementado un decreto que prohíbe fumar en todos los espacios públicos, incluida la vía pública, convirtiéndose en la primera ciudad italiana en adoptar esta medida. La normativa forma parte de la estrategia más amplia de la ciudad para mejorar la calidad del aire, iniciada con un decreto en 2020.
A partir de este año, fumar en las calles de Milán se considera una infracción, y quienes no respeten la nueva normativa enfrentarán multas que oscilan entre los 41,6 y los 249,6 dólares. Aunque la medida ha sido recibida con críticas, especialmente por aquellos que argumentan que limita la libertad individual, también cuenta con un fuerte apoyo de quienes consideran que el tabaco es una de las principales fuentes de contaminación en la ciudad.
Morgan Ishak, un fumador de 46 años, expresó su desacuerdo con la nueva ley. “La nueva ley es excesiva”, indicó, señalando que, aunque está de acuerdo con la prohibición de fumar en lugares cerrados o cerca de personas vulnerables, considera que no poder fumar en la vía pública es una restricción innecesaria.
Por otro lado, Stellina Maria Rita Lombardo, una milanesa de 56 años que no fuma, se mostró completamente a favor de la medida. “Fumar crea mucha contaminación, y en una época en la que estamos sufriendo tanto por el cambio climático, esta ley me parece acertada”, afirmó.
El decreto de calidad del aire, que ya había prohibido fumar en espacios verdes públicos, áreas de juegos infantiles, estaciones de bus y taxi, y en instalaciones deportivas desde 2021, amplía ahora su alcance a todos los espacios públicos. La normativa establece una excepción solo en lugares aislados donde sea posible mantener una distancia de al menos diez metros con otras personas, algo que, en una ciudad tan densa y poblada como Milán, es difícil de cumplir, salvo durante la noche.
La legislación, sin embargo, no incluye a los cigarrillos electrónicos, los cuales siguen permitidos en los espacios públicos de la ciudad.
