En la década de los 90s, el mercado musical estadounidense fue ampliamente acaparado por el rock alternativo. Y una de las bandas que más dio que hablar en esta época fue Nirvana, compuesta por el guitarrista y cantante Kurt Cobain, el bajista Krist Novoselic y el baterista Dave Grohl. Este grupo, a pesar de su corta duración, inspiró a múltiples músicos a seguir un sonido sucio y distorsionado, con canciones como “Smells Like Teen Spirit”, “Come As You Are” y “Lithium”, que manifestaban el descontento de una generación, harta de los problemas que se acarreaban en aquella época.
En el año de 1993, la banda sacó su tercer y último disco, “In Utero”, en este trabajo se aprecia una maduración en el sonido del grupo, con guitarras más melódicas y mayor versatilidad en el bajo y batería. A pesar de no tener ventas exorbitantes como su antecesor, “Nevermind”, si contó con sencillos significativos, como “Heart-Shaped Box”, “Pennyroyal Tea” y “All Apologies”. Sin embargo, el día de hoy hablaremos de “Very Ape” y “Milk It”.
“Very Ape” inicia con un crujiente riff, que después es acompañado por el resto de instrumentos. Cuando la voz de Kurt entra, se siente como una bomba a punto de estallar. Esta explota frente a la llegada de un coro impresionante, que ruje con los poderosos gritos de Cobain. La pista se siente llena de enojo, sin embargo procura controlar todos los recursos, logrando un ambiente de regañadientes en la canción. La letra nos cuenta la historia de las personas que nunca están dispuestas a hacer algo por otra persona, que solo buscan hacer algo por su propio bien. Tal y como dice esta parte de la pista:
“Si alguna vez necesitas algo, por favor no / No dudes en preguntar a otra persona primero / Estoy tan ocupada actuando como si no fuera ingenua / Lo he visto todo, yo estaba aquí primero”.
Pasando a “Milk It”, esta empieza con unos punteos curiosos y fantasmales de guitarra, que nos llevan a un riff crujiente y espectacular que genera un ruido enorme. Para iniciar la primera estrofa, suena un movimiento suave, y Cobain da una voz tranquila y serena. Sin embargo, el coro contrasta con el verso, por esa bulla inmensa que suena, y con los furiosos gritos que Kurt saca. La segunda estrofa y su estribillo repiten esta misma acción. Pasado eso, aterrizamos en un solo peculiar, donde dos guitarras suenan de una manera no tan convencional. Para finalizar la canción, se oye un último coro, con el que se alcanza un nivel increíble de ruido. La letra habla de la depresión desde el punto de vista de alguien que la posee. Tal y como se aprecia en esta parte de la pista:
“Soy mi propio parásito / No necesito un anfitrión para vivir / Nos alimentamos el uno del otro / Podemos compartir nuestras endorfinas”.
Como hemos podido apreciar, en nuestro entorno hay múltiples personas con problemas, los cuales pueden hundirlos hasta un punto realmente bajo, sin embargo lo mejor siempre será ayudarlos en lo que necesiten, para darles un buen respiro de vida.