No hay herencia: revelan que Diego Armando Maradona “murió pobre”

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No solo tenía problemas de salud, también cargaba consigo grandes problemas económicos. Los últimos años fueron muy complicados para Diego Armando Maradona en más de un rubro. El ‘Pelusa’, que falleció el miércoles a los 60 años tras un paro respiratorio, prácticamente no tenía ya nada de la fortuna que amasó como futbolista y entrenador.

Según relata Luis Ventura, periodista argentino muy cercano a Maradona, en declaraciones recogidas por la ‘Gazzeta’, “a Maradona no le quedaba casi nada en su cuenta bancaria. Murió pobre”.

“Le robaron casi todo, él regaló el resto”, apuntó Ventura, que detalló que el Pelusa vivía de su sueldo como técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata.

En el ‘Lobo’, Maradona tenía un salario aproximado, según la Gazzeta, de un millón de euros al año, aunque esta cifra nunca se reveló de manera oficial.

Autos, casas y otros bienes

Diego Armando, en su momento, había logrado recaudar grandes cifras de dinero producto de contratos que firmó no solo como entrenador, sino también en cuanto a propiedades que fue adquiriendo.

En el Dorados de Sinaloa ganaba unos 136.000 euros al mes durante los 11 meses que estuvo en ese puesto.

Un sueldo similar cobró en su etapa como seleccionador de Argentina, entre el 2008 y 2010. Y, por su parte, en Emiratos Árabes entrenando al Al Wasl, el ‘Pelusa’ firmó un contrato de dos temporadas por 10 millones.

También tuvo un acuerdo con Konami (por el PES), con una marca de indumentaria deportiva, tiene escuelas de fútbol que llevan su nombre en China, posee inversiones en Cuba (entre ellas, un hotel) y también en Italia.

En cuanto a propiedades, solo en Argentina, Maradona tenía la de Segurola y Habana, y además un departamento extra. También cuenta con otra propiedad más moderna en Puerto Madero, y está la casa de Rocío Oliva y su familia en Bella Vista.

El ‘Pelusa’ también era un amante de los autos de alta gama y tenía una colección en la que había lujoso vehículos como un Ferrari Testarossa o dos coches que se quedaron en Arabia Saudí: un Rolls Royce Ghost, valorado en 300.000 euros y un BMW i8, en 145.000 euros.

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