Por: Orlando Cáceres.
Después que el día de hoy todos saliéramos a votar por quien mejor le convenga al Perú, nos hemos encontrado con resultados que una parte vio venir y otra no, dando como posible ganadora a Keiko Fujimori, ya que al momento solo hay conteo a boca de urna por parte de diversas encuestadoras.
Pero, siendo más reflexivo, lo que verdaderamente tornó complicada esta contienda, no fueron solo los dos candidatos, sino que fue aquel contexto que dividió en dos masas de agua enormes al Perú. Hemos podido apreciar cómo se han perdido amistades, y vínculos de larga duración por realizar críticas, no solo a los propios candidatos, lo cual es normal en cualquier elección, sino que también fueron contra sus familiares y amigos que pensaban distinto a ellos.
Se ha podido apreciar como salía el peor lado de aquellas personas a las que en algún momento se solía conocer, querer, e incluso amar. Y, lastimosamente, no se puede regresar atrás para evitar ese tipo de comentarios. Porque de por sí, el vínculo que se pensaba que no se rompería ni con un yunque, fue cortado.
A pesar de todo, si hay que reconocer que hubieron personas que supieron mantenerse estables en este proceso electoral, que han sabido dar su opinión sobre el tema, evitando ofender a quien tenían en frente. Sin embargo, como en todo país, los que hacen más bulla son los que más resaltan, no solo en la calle, sino que también en tu muro de Facebook.
Para terminar, solo quiero recordar algo que vi en una serie documental, llamada “Salvados”. En esta podíamos apreciar al entrevistador español, Jordi Évole, realizando preguntas a dos hombres en un bar, cuestionando que opinaban de los candidatos presentes. Uno respondió desaprobando al primer candidato, y el otro habló con enojo sobre el segundo. Sin embargo, en ningún momento se pretendió llamar de manera despectiva a la otra persona, por aquel vínculo que los unía, y que sabían bien como no romper. De todo corazón espero que eso suceda algún día.