La madrugada del pasado 8 de marzo, el Puesto de Vigilancia de Frontera (PVF) Ipiñuma, en Puno, sufrió un ataque por manifestantes. En donde cerca de cien personas llegaron hasta la sede policial, para arrojar piedras y otros objetos contundentes. Desafiando a los agentes del orden, los manifestantes procedieron a quemar llantas, amenazando con incendiar las instalaciones donde se encontraban más de 12 efectivos policiales.
Para evitar algún costo social, el personal policial se replegó con dirección al PVF Hacienda Rosario. En el camino, fueron interceptados por piquetes de huelguistas, quienes impidieron a los policías desplazarse por la carretera. Ante esta situación, tuvieron que bordear los cerros, con la finalidad de evitar a los manifestantes.
Sin embargo, siete agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) del Puesto de Vigilancia de Fronteras aún permanecen en la comisaría del sector Rosario, a cinco kilómetros de la frontera con Bolivia.
Antecedentes
El pasado 7 de marzo, cerca a la medianoche, un aproximado de 15 personas descendieron de dos vehículos, para también lanzar piedras contra las instalaciones del PVF Ipiñuma.
Los efectivos policiales advirtieron que en esta zona no se cuenta con ningún sistema de comunicación, situación que les pone en desventaja frente a algún otro ataque.