El pasado 9 de enero, 17 de las 18 víctimas mortales murieron por impacto de bala en Juliaca, Puno. Según La República, diez recibieron balas en el tórax, cinco en la cabeza y dos en el abdomen.
Según las pericias fiscales, 17 víctimas presentaban heridas compatibles con los proyectiles de armas de fuego, que utilizan militares y policías. Además, según las investigaciones fiscales, el 9 de enero, los policías salieron con pistolas y fusiles AKM.
De acuerdo con las actas de necropsia, fueron encontrados restos de proyectiles en nueve cuerpos.
Cabe indicar que restos de proyectiles encontrados en nueve cuerpos señalan que fueron disparados por fusiles AKM; que comúnmente utiliza la Policía. Uno de los fallecidos presentó 72 heridas de perdigones incrustadas en el cuerpo.
Necropsia del suboficial José Luis Soncco Quispe
En Puno también falleció el suboficial José Luis Soncco Quispe recibió varios golpes en la cabeza con objetos contundentes que le causaron hemorragias en el cerebro y ocasionaron su fallecimiento, de acuerdo con la necropsia. Los asesinos quemaron el cuerpo del efectivo policial, lo que afectó el 73 % de la superficie corporal.
«Sufrió en vida traumatismo craneoencefálico grave con fractura craneal que le produjo contusión y laceración encefálica que lo condujo a la muerte», señala la necropsia practicada al suboficial PNP José Luis Soncco, de 29 años.