Por Esteban Couto:
El cine ha representado al deporte de distintas formas. No sólo el fútbol ha sido ficcionalizado en el celuloide; existen varios deportes que han servido de referente para contar historias maravillosas. Uno de ellos es el rugby, basado en el contacto y evasión del adversario. Y uno de los filmes que se encargó de contar una historia verídica y excepcional de unificación de todo un pueblo a través de este deporte (teniendo a Nelson Mandela como protagonista) es, sin duda, aquella dirigida por Clint Eastwood en el año 2009: “Invictus”.La trama del largometraje nos cuenta los acontecimientos alrededor de la primera Copa Mundial de Rugby a celebrarse en Sudáfrica.
Mandela (Morgan Freeman, también conocido como Dios) se halla finalmente en la presidencia de su nación tras largos años de prisión debido a su activismo político; es consciente de que la población negra únicamente acude a los estadios para apoyar al equipo contrario (evidente revanchismo por los años de segregación que vivió) y que la mejor forma de unificar a la nación es convocando a todo el pueblo (blancos y negros) para que apoye a la selección nacional conocida como los “Springboks”. Pide el apoyo de todo el pueblo sudafricano y convoca a Francois Pienaar (Matt Damon) para que dirija el proyecto y conseguir su objetivo: ganar el Mundial para así unificar a la nación. Le comparte a éste un poema de William Ernest Henley llamado “Invictus”, que sirvió de inspiración para el mandatario durante sus años en prisión, y algo empieza a cambiar desde entonces. Para mostrar una parte trascendental de la película, comparto en #MiEscenaFavorita un pasaje en el cual la selección de rugby visita a los niños y adolescentes de un pueblito pobre de la periferia para jugar con ellos un partido de entrenamiento y buscar consolidar el apoyo moral del grupo étnico negro hacia los “Springboks”. Y por un instante, las diferencias de razas y condición social se diluyen en una amalgama de gritos y ovaciones en clara aceptación del equipo.
Nominada a diversos premios internacionales, incluyendo el Oscar 2009 a Mejor actor (para Freeman) y Mejor actor de reparto (para Damon), este película nos muestra cómo una nación puede unirse a través de un deporte y sobrepasar, increíblemente, años de racismo y discriminación a una sola voz de victoria. Inspirador filme por donde se le mire, basado en el libro “El factor humano” de John Carlin y adaptado magistralmente por Eastwood.