En uno de los días más fríos del invierno en Zlatoust, Siberia; con una temperatura de -35°C, un hombre llamado Sergey Baranov, y su esposa, encontraron a un gato debajo de su vehículo.
La pareja intentó tomar al felino, sin embargo, este se encontraba con las patas congeladas, prácticamente petrificadas, debido al congelamiento luego de haberlas metido en un charco de agua. Para rescatarlo, necesitaron un total de 7 baldes de agua tibia para ayudar a sus extremidades a recuperar su articulación.
«Debe haberse metido debajo del coche por la noche, buscando un lugar cálido, se durmió y todas sus patas se congelaron por la mañana», expresó el ciudadano.
Las patas del gato pudieron descongelarse, una vez liberado, fue envuelto en una manta y fue llevado a una veterinaria, donde se le suministro una inyección antiinflamatoria. El felino, llamado Semyon, fue adoptado por una joven mujer a los pocos días de lo ocurrido.