Actualmente hay 7,000 pacientes hospitalizados, justo la mitad de los que había a mediados de agosto, cuando la pandemia alcanzó su pico máximo con más de 14,000 camas ocupadas.
En las últimas seis semanas, las hospitalizaciones han descendido en picado, pues ahora cada vez son más las altas que los nuevos ingresos, lo que ha llevado a que los casos activos de coronavirus hayan bajado a 90,000, la cifra más baja desde finales de mayo.
Se trata de una luz al final de un largo y oscuro túnel para un país donde uno de cada mil habitantes ha fallecido por COVID-19, un promedio único en el mundo a raíz de sus 32,665 occisos, mientras que los contagios, aunque cada vez son menos también, ya superan los 828,000 casos.
Los hospitales de Perú, el país con la mayor tasa de mortalidad por COVID-19 del mundo y el sexto en número de contagios, se quedan vacíos tras más de medio año colapsados por la pandemia y ahora aguardan, con el virus aún muy activo, la amenaza de una segunda ola de infecciones.