Turquía planea emplear, a partir del otoño, una vacuna contra la COVID-19 de producción propia como refuerzo a la población ya inoculada con otros productos.
«Después de seis meses (inmunizado) se propone aplicar una dosis de refuerzo; pienso que para esta dosis podremos utilizar la vacuna local», indicó el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca. Asimismo, anunció que a finales de año Turquía contará con más de una vacuna de producción propia y que la que está más avanzada, desarrollada por la Universidad de Erciyes, acaba de terminar la fase dos, con pruebas en voluntarios.
Koca dijo que si todo se desarrolla como está planeado, la vacuna podrá empezar a usarse en septiembre u octubre, en lo que supone un nuevo retraso frente a las previsiones iniciales de abril y, luego, agosto.
La vacuna de Erciyes se basa en material de virus inactivo, al igual que la china Sinovac, que es la más usada en Turquía.
A primeros de abril empezó a utilizarse, aunque a menor escala, Pfizer/BioNTech, y en los próximos días Turquía va a inyectar la rusa Sputnik V, de la que comprará 50 000 000 de dosis.
Según los datos del Ministerio, alrededor del 12 % de los 83 000 000 de habitantes de Turquía ya ha recibido dos dosis de la vacuna, un porcentaje por encima del 9 % en la Unión Europea.
Fuente: Agencia EFE