Ante los altos precios de los fertilizantes químicos. La producción de abonos naturales es una alternativa que podría ser utilizada por los agricultores regionales. Es por ello que la Escuela Profesional de Ingeniería Agronómica y Agrícola de la Universidad Católica de Santa María. Inició la producción de biofertilizantes de bajo costo y ambientalmente amigables.
José Torres, ingeniero agrónomo y docente del curso de Ecología, explicó que la utilización de este tipo de insumos, ayudará a recuperar los suelos de la campiña arequipeña. Los cuales son degradados por el uso excesivo de químicos.
El biofertilizante contiene macro nutrientes como el nitrógeno, fosfato y potasio. Además, aporta a la planta micro nutrientes como: boro, hierro, magnesio, calcio y azufre. Al juntarse estos elementos con el vegetal. Desarrollará follaje, su raíz se afianzará a la tierra. Permitiendo así absorber con mayor rapidez los nutrientes del suelo. De tal manera, los productos tendrán una alta concentración de vitaminas.
Xiomara Valdivia, egresada de la Escuela Profesional de Ingeniería Agronómica y Agrícola, quien es parte del equipo de trabajo en el proceso de preparación del biofertilizante. Reveló que el utilizar este tipo de insumo en el proceso de producción agrícola, trae resultados positivos para los productores. Debido a que la rentabilidad que obtienen al utilizar el producto se eleva en un 40%; con lo cual, tendrán mayores ganancias.
Proceso de producción
Se mezcló mil 800 litros de agua con melaza (sustancia viscosa derivada de la caña de azúcar). Además de leche de vaca, suero de leche, levadura. Seguido de roca fosfórica, ceniza vegetal, carbón vegetal. También alfalfa y bazofia que fue extraída del estómago de las vacas. Todos estos insumos fermentarán durante 60 días. Luego de este periodo se obtendrá mil 500 litros de biofertilizante.
Cabe señalar, que este biofertilizante, ya fue probado exitosamente en cultivos de maíz, tomate y flores del Fundo Huasacache de la casa santamariana. Obteniendo muy buenos resultados.
Por: Aydee Mamani Ortega