Aquella heroica epopeya se inicia el día 30 de setiembre de 1879, cuando la División Naval integrada por el monitor Huáscar, la corbeta Unión y el transporte Rímac, zarpa hacia el sur en demanda de Iquique a donde arriban el 1° de octubre. Aquel día, el Huáscar al mando de Grau y la Unión al mando de García y García enrumban nuevamente hacia el sur para continuar incursionando en costas chilenas, actividad que gracias a la habilidad y pericia de nuestro Gran Almirante y su tripulación había dado buenos resultados, dado que tras más de 6 meses de guerra contra un adversario poderoso, les había negado el dominio del mar.
Un grupo de hombres, tripulantes del monitor Huáscar al mando del Caballero de los Mares Gran Almirante del Perú Don Miguel Grau Seminario, fueron protagonistas de uno de los Combates Navales más memorables y gloriosos de los que se tenga recuerdo en la historia marítima de las naciones.
Ante esta situación, que era inconcebible para los chilenos y que ocasionó el relevo de su Alto Mando Naval, el nuevo comandante en jefe de su escuadra, Almirante Riveros ideó planes para la captura del Huáscar, la pesadilla de los marinos chilenos. Es así que la escuadra enemiga es dividida en dos divisiones integrada la primera por el acorazado Blanco Encalada, la goleta Covadonga y el transporte armado Matías Cousiño; la segunda por el Cochrane, la corbeta O’Higgins y la cañonera Loa; zarpan hacia Arica el 2 de octubre, llegando allí el 4, no hallando a nuestras naves, tomaron entonces conocimiento de que se hallaban incursionando en sus costas.